Terry Fox es uno de los héroes nacionales de Canadá, un joven que inspiró a millones de personas con su valiente desafío al cáncer. En 1980, con solo 21 años y una pierna amputada, Terry inició su Maratón de la Esperanza, un proyecto para recorrer todo el país corriendo y recaudar fondos para la investigación contra el cáncer. Su meta era conseguir un dólar por cada canadiense, unos 24 millones en aquel entonces.
Terry comenzó su maratón el 12 de abril de 1980 en St. John’s, Terranova, y durante 143 días corrió una media de 42 kilómetros diarios, atravesando seis provincias. Sin embargo, el 1 de septiembre de 1980, cerca de Thunder Bay, Ontario, Terry tuvo que detenerse al descubrir que el cáncer se había extendido a sus pulmones. A pesar de su determinación y su optimismo, Terry falleció el 28 de junio de 1981, a los 22 años.
Su sueño, sin embargo, no murió con él. Al contrario, se convirtió en un movimiento global que ha recaudado más de 800 millones de dólares para la investigación contra el cáncer. Cada año, millones de personas participan en la carrera anual de Terry Fox, un evento no competitivo que se celebra en más de 30 países y que permite a los corredores, caminantes y ciclistas rendir homenaje a Terry y apoyar su causa.
Este año, la carrera de Terry Fox se celebró el domingo 19 de septiembre, coincidiendo con el aniversario del día en que Terry llegó a Ontario en su maratón. Debido a la pandemia de COVID-19, la carrera se realizó de forma virtual, lo que significa que los participantes podían elegir su propia ruta y su propio horario. Algunos optaron por correr en solitario o con sus burbujas sociales, mientras que otros se unieron a través de plataformas digitales.
Entre los participantes se encontraban familiares y amigos de Terry, como su hermano Darrell Fox, quien corrió junto a su hijo en Port Coquitlam, la ciudad natal de Terry. También hubo celebridades como el primer ministro Justin Trudeau, quien compartió una foto en Twitter donde se le ve corriendo con una camiseta con el rostro de Terry. Asimismo, hubo miles de personas anónimas que quisieron honrar la memoria y el legado de Terry con sus zancadas.
La carrera de Terry Fox es más que un evento deportivo. Es una muestra de solidaridad, esperanza y resiliencia frente al cáncer. Es una forma de recordar a un joven que se atrevió a soñar lo imposible y que cambió la historia con su ejemplo. Es una manera de continuar su maratón hasta encontrar la cura definitiva para esta enfermedad. Como dijo el propio Terry: “Incluso si no termino, tenemos que seguir intentándolo”.