El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha expresado su apoyo a las protestas de los agricultores indios contra las reformas agrarias impulsadas por el gobierno de Narendra Modi. Esta declaración ha provocado una fuerte reacción de India, que ha calificado la intervención de Trudeau de «inaceptable» e «injerencia» en sus asuntos internos.
¿Qué consecuencias puede tener este conflicto diplomático para las relaciones entre India y Canadá, y entre India y Occidente? Algunos expertos opinan que se trata de un asunto personal para Trudeau, que busca ganarse el favor de la numerosa comunidad sij canadiense, que tiene una gran influencia política en el país. Otros creen que este gesto puede ser visto como una muestra de solidaridad con los derechos humanos y la democracia por parte de Canadá, que podría ser secundada por otros países occidentales.
En cualquier caso, parece poco probable que este desencuentro afecte a los intereses económicos y estratégicos entre India y Canadá, que son dos socios importantes en el comercio, la energía, la educación y la defensa. Sin embargo, podría generar una mayor desconfianza y distancia entre India y Occidente, que ya se han enfrentado por otros temas como el cambio climático, el terrorismo o los derechos humanos.
La solución a esta crisis pasa por el diálogo y el respeto mutuo entre ambos países, que deben evitar caer en la confrontación y la polarización. India debe reconocer el derecho de Canadá a expresar su opinión sobre un asunto que afecta a millones de personas, y Canadá debe respetar la soberanía de India para resolver sus problemas internos. Sólo así se podrá mantener una relación cordial y constructiva entre dos democracias plurales y diversas.