Las ventas minoristas de Canadá registraron una caída del 0,3% en julio, lo que supone el segundo mes consecutivo de descenso y una señal de que el consumo se está ralentizando en medio de la pandemia de COVID-19. El dato fue peor de lo esperado por los analistas, que habían pronosticado un aumento del 0,2%.
La mayor parte de la caída se debió al sector del automóvil, que sufrió una disminución del 3,4% en las ventas debido a la escasez de suministro y la menor demanda. Sin contar este sector, las ventas minoristas aumentaron un 1,7%, impulsadas por el comercio electrónico y las compras relacionadas con el ocio y el deporte.
El informe de Estadística Canadá también mostró que las ventas minoristas se situaron un 5,3% por encima de los niveles previos a la pandemia en julio, pero que el volumen de ventas se redujo un 0,4%. Esto indica que los precios más altos están afectando al poder adquisitivo de los consumidores.
Los economistas advierten de que la desaceleración del consumo podría continuar en los próximos meses, debido al aumento de los casos de COVID-19, las restricciones sanitarias y la incertidumbre política. Además, el fin de algunos programas de ayuda gubernamental podría afectar negativamente a la confianza y el gasto de los hogares.