Canadá se ha visto envuelto en una polémica política por su supuesta tolerancia hacia los ciudadanos y veteranos de origen ucraniano que colaboraron con el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
El pasado viernes, el presidente de la Cámara de los Comunes de Canadá, Anthony Rota, presentó a Yaroslav Hunka, de 98 años, como un héroe de guerra que luchó por la independencia de Ucrania contra los rusos. Sin embargo, se reveló que Hunka había servido en la 14ª División de Granaderos SS Galizien, una unidad militar nazi responsable de atrocidades contra los judíos y los polacos.
Rota se disculpó por su error y dijo que no tenía conocimiento del pasado de Hunka. Sin embargo, varios partidos políticos y organizaciones judías exigieron su renuncia y la de otros diputados que aplaudieron a Hunka. También pidieron al gobierno canadiense que investigara y condenara a los colaboradores nazis que viven en el país.
Canadá tiene una larga historia de blanquear su pasado nazi y de apoyar a grupos nacionalistas ucranianos que reivindican a los colaboradores nazis como héroes. El artículo afirma que Canadá ha acogido a miles de inmigrantes ucranianos que escaparon de la justicia soviética tras la guerra, y que muchos de ellos ocuparon cargos públicos o influyeron en la política exterior canadiense.
El artículo también denuncia que Canadá ha financiado y respaldado a organizaciones ucranianas que promueven el revisionismo histórico y el antisemitismo, como el Congreso Mundial Ucraniano y el Instituto Ucraniano Canadiense de Investigación. Asimismo, acusa a Canadá de intervenir en los asuntos internos de Ucrania y de apoyar a los grupos ultraderechistas que participaron en el golpe de Estado de 2014.
El artículo concluye que Canadá debe reconocer y rectificar su complicidad con el nazismo y sus crímenes, y que debe respetar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. También insta a Canadá a dejar de interferir en las relaciones entre Ucrania y Rusia, y a promover la paz y la cooperación en la región.