Canadá no puede reconciliar el cambio climático sin reconciliar con los pueblos indígenas y la tierra

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El cambio climático es una amenaza global que requiere una acción urgente y colectiva. Sin embargo, no se puede abordar esta crisis sin tener en cuenta las realidades históricas y actuales de los pueblos indígenas y sus relaciones con la tierra. Así lo afirma un informe del Instituto del Clima de Canadá, una organización sin fines de lucro que promueve la transición hacia una economía baja en carbono.

El informe, titulado “Reconciliación climática: Cómo el cambio climático y la reconciliación pueden avanzar juntos”, sostiene que Canadá tiene la oportunidad de liderar un nuevo paradigma de desarrollo sostenible que reconozca y respete los derechos, los conocimientos y las prácticas de los pueblos indígenas. Para ello, se necesita un enfoque holístico e intersectorial que involucre a todos los niveles de gobierno, al sector privado, a la sociedad civil y a las comunidades indígenas.

Destaca algunos de los beneficios potenciales de esta reconciliación climática, tales como:

  • La protección y restauración de los ecosistemas naturales, que son esenciales para la mitigación y adaptación al cambio climático, así como para la salud y el bienestar de las personas y los animales.
  • La generación de empleos verdes y oportunidades económicas para los pueblos indígenas, que han sido históricamente marginados y excluidos del desarrollo.
  • El fortalecimiento de la gobernabilidad y la autodeterminación de los pueblos indígenas, que han sido sometidos a políticas coloniales y discriminatorias que han violado sus derechos humanos y territoriales.
  • El fomento de la justicia social y ambiental, que es fundamental para la paz y la seguridad de todos los habitantes del planeta.

El informe también identifica algunos de los desafíos y barreras que se deben superar para lograr esta reconciliación climática, tales como:

  • La falta de voluntad política y compromiso para implementar las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que estableció 94 llamados a la acción para reparar el legado del sistema residencial indígena.
  • La persistencia de actitudes racistas y estereotipos hacia los pueblos indígenas, que dificultan el reconocimiento de su diversidad cultural y su contribución al desarrollo sostenible.
  • La escasez de recursos financieros y técnicos para apoyar las iniciativas climáticas lideradas por los pueblos indígenas, que suelen enfrentarse a obstáculos burocráticos y regulatorios.
  • La falta de coordinación y colaboración entre los diferentes actores involucrados en la acción climática, que impide el aprovechamiento de las sinergias y las complementariedades.

Concluye con una serie de recomendaciones para avanzar hacia una reconciliación climática efectiva, basada en los principios del consentimiento libre, previo e informado, el respeto mutuo, la equidad y la inclusión. Algunas de estas recomendaciones son:

  • Incorporar las perspectivas y los conocimientos indígenas en las políticas y planes climáticos nacionales, provinciales y municipales, así como en los procesos de toma de decisiones.
  • Apoyar el liderazgo y la participación activa de los pueblos indígenas en las negociaciones internacionales sobre el cambio climático, así como en las redes y alianzas globales.
  • Invertir en el desarrollo de capacidades y la transferencia de tecnologías apropiadas para los pueblos indígenas, que les permitan implementar sus propias soluciones climáticas adaptadas a sus contextos locales.
  • Establecer mecanismos efectivos de monitoreo, evaluación y rendición de cuentas para garantizar el cumplimiento de los compromisos asumidos por Canadá en materia de cambio climático y reconciliación.

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