Las fuerzas de seguridad de Río de Janeiro, Brasil, lanzaron el lunes una serie de operativos en tres favelas de la ciudad para capturar a presuntos criminales involucrados en el tráfico de drogas, el robo de vehículos y el secuestro de personas. Los operativos se realizaron en las favelas de Rocinha, Vidigal y Chácara do Céu, donde se desplegaron más de 500 agentes, entre policías civiles y militares, apoyados por helicópteros y vehículos blindados.
Según la policía, los operativos fueron el resultado de una investigación que duró seis meses y que identificó a los principales líderes y miembros de las bandas criminales que operan en esas zonas. Durante los operativos, se cumplieron 65 órdenes de arresto y se incautaron armas, municiones, drogas y dinero. También se recuperaron varios vehículos robados que eran utilizados por los delincuentes para cometer delitos.
Los operativos causaron enfrentamientos entre los agentes y los sospechosos, que intentaron resistirse al cerco policial. Al menos dos personas resultaron heridas por disparos, una de ellas un policía militar que fue trasladado a un hospital cercano. Los residentes de las favelas afectadas denunciaron que los operativos generaron pánico y violencia en sus comunidades, y que afectaron el funcionamiento de los servicios públicos, como el transporte y la educación.
Los operativos forman parte de la estrategia del gobierno del estado de Río de Janeiro para combatir la inseguridad y el crimen organizado en las favelas, donde viven millones de personas en condiciones precarias. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han criticado el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades, que ha provocado numerosas víctimas civiles y violaciones a los derechos humanos.