La economía china creció un 4,9% interanual en el tercer trimestre, según los datos oficiales publicados el lunes, lo que supone una desaceleración respecto al 7,9% del segundo trimestre y un resultado por debajo de las expectativas de los analistas, que esperaban un aumento del 5,2%. Se trata de la lectura más débil desde el tercer trimestre del año pasado, cuando el PIB también creció un 4,9%, y confirma la tendencia a la baja desde el récord del 18,3% del primer trimestre.
La segunda economía mundial ha protagonizado una impresionante recuperación de la pandemia, pero el ritmo se está moderando. Problemas como los cortes de electricidad, los cuellos de botella en el suministro, los brotes esporádicos de COVID-19 y el enfriamiento del sector inmobiliario han lastrado la actividad industrial, el consumo y la inversión en los últimos meses.
En términos trimestrales, el PIB se expandió un 0,2% en el periodo julio-septiembre, por debajo de las previsiones de un aumento del 0,5% y del 1,3% del segundo trimestre.
Los datos desglosados muestran que la producción industrial creció un 3,1% interanual en septiembre, frente al 5,3% de agosto y al 5,8% esperado por los analistas. El sector manufacturero se ha visto afectado por las restricciones energéticas impuestas por el gobierno para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de carbono. Algunas provincias han tenido que racionar la electricidad a las fábricas e incluso a los hogares.
Las ventas minoristas aumentaron un 4,4% interanual en septiembre, frente al 2,5% de agosto y al 3,5% previsto por los analistas. El consumo se ha visto perjudicado por las medidas de contención del coronavirus adoptadas por las autoridades locales ante los rebrotes esporádicos. El turismo nacional durante las vacaciones del Día Nacional (del 1 al 7 de octubre) se redujo un 28% respecto al mismo periodo de 2019.
La inversión en activos fijos creció un 7,3% interanual en los primeros nueve meses del año, frente al 8,9% de los primeros ocho meses y al 8,5% esperado por los analistas. La inversión en el sector inmobiliario se desplomó un 12% interanual en septiembre, la mayor caída desde que hay registros. El sector se ha visto sacudido por la crisis financiera de Evergrande, el mayor promotor inmobiliario del país, que se enfrenta a una posible quiebra por su enorme endeudamiento.
Los datos también reflejan las presiones deflacionarias que sufre la economía china. El índice de precios al productor (IPP), que mide el costo de los bienes a nivel de fábrica, se disparó a un máximo histórico del 10,7% interanual en septiembre. Sin embargo, el índice de precios al consumidor (IPC), que mide la inflación minorista, se mantuvo bajo en el 0,7%, muy lejos del objetivo oficial del 3%. Esto indica que las empresas no han podido trasladar el aumento de sus costes a los consumidores finales debido a la debilidad de la demanda.
Ante este panorama, muchos analistas esperan que el gobierno chino anuncie más medidas de estímulo en los próximos meses para apuntalar el crecimiento. Algunas posibles medidas incluyen recortes de impuestos para las empresas y los hogares, reducciones de los tipos de interés o incrementos del gasto público en infraestructuras.