Los terremotos que han sacudido Afganistán en los últimos días han puesto en peligro la vida de miles de personas, especialmente de las mujeres y niñas, que se enfrentan a restricciones de movilidad y acceso a la ayuda humanitaria bajo el régimen talibán, según un funcionario de la ONU.
El coordinador humanitario de la ONU para Afganistán, Ramiz Alakbarov, dijo el jueves que los terremotos han causado al menos 25 muertos, 150 heridos y 35.000 desplazados en las provincias de Kunar, Nuristán y Laghman. Además, han dañado o destruido más de 12.000 viviendas, escuelas, mezquitas y clínicas.
Alakbarov expresó su preocupación por la situación de las mujeres y niñas afganas, que ya sufren discriminación y violencia bajo el control de los talibanes, que les impiden salir de sus casas sin un acompañante masculino, acceder a la educación y al trabajo, o recibir atención médica adecuada.
“Las mujeres y las niñas están en una situación mortal”, dijo Alakbarov. “No pueden salir de sus casas para buscar refugio o asistencia. No pueden recibir tratamiento médico si están heridas o enfermas. No pueden acceder a la educación si sus escuelas están dañadas. Están atrapadas en un ciclo de pobreza y vulnerabilidad”.
Alakbarov instó a los talibanes a respetar los derechos humanos de las mujeres y niñas, así como a permitir el acceso seguro y sin obstáculos de los trabajadores humanitarios a las zonas afectadas por los terremotos. También pidió a la comunidad internacional que aumente su apoyo financiero y logístico para responder a la crisis humanitaria que vive Afganistán.
Según la ONU, más de 18 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en Afganistán, donde el 97% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. La situación se ha agravado por el conflicto armado, la sequía, el desplazamiento, el colapso económico y la pandemia de COVID-19.
Alakbarov dijo que la ONU y sus socios están trabajando para proporcionar ayuda vital a las personas afectadas por los terremotos, incluyendo alimentos, agua, refugio, salud y protección. Sin embargo, advirtió que los recursos son limitados y que se necesita más apoyo para evitar una catástrofe humanitaria mayor.