Los bancos de alimentos de Canadá están experimentando un aumento sin precedentes de la demanda de sus servicios, debido a los efectos económicos y sociales de la pandemia de COVID-19. Según un informe publicado por Food Banks Canada, una organización que representa a más de 3.000 bancos de alimentos y agencias asociadas en todo el país, la demanda de ayuda alimentaria ha crecido un 20% en el último año, lo que supone el mayor incremento anual desde que se inició el seguimiento en 2008.
El informe, titulado HambreCount 2023, revela que los bancos de alimentos atendieron a más de 1,9 millones de personas en Canadá entre abril de 2022 y marzo de 2023, lo que supone un aumento de más de 300.000 personas respecto al año anterior. De ellas, el 45% eran niños y el 11% eran personas mayores. El informe también indica que el 65% de las personas que acudieron a los bancos de alimentos tenían ingresos por debajo del umbral de la pobreza, y que el 40% eran beneficiarios de programas sociales.
El informe atribuye el aumento de la demanda a varios factores relacionados con la pandemia, como la pérdida o reducción del empleo, el aumento del costo de la vida, la disminución del apoyo gubernamental y el deterioro de la salud mental. El informe señala que la pandemia ha exacerbado las desigualdades existentes y ha afectado especialmente a las poblaciones vulnerables, como las personas racializadas, las mujeres, los indígenas y los discapacitados.
El informe también destaca los desafíos y las innovaciones que han enfrentado y adoptado los bancos de alimentos durante la pandemia, como la escasez de alimentos y voluntarios, el aumento de los costos operativos, la implementación de medidas sanitarias y la adaptación a las necesidades cambiantes de las comunidades. El informe reconoce el trabajo y la resiliencia de los bancos de alimentos y sus socios, que han logrado proporcionar ayuda alimentaria a pesar de las dificultades.
El informe concluye con una serie de recomendaciones para reducir el hambre y la pobreza en Canadá, como aumentar los ingresos mínimos garantizados, mejorar el acceso a la vivienda asequible, ampliar los programas de nutrición escolar y apoyar a los productores locales. El informe insta al gobierno federal y a los gobiernos provinciales y territoriales a trabajar juntos para implementar estas medidas y asegurar que nadie se quede atrás.