Li Keqiang, ex primer ministro de China y principal responsable económico del país durante una década, ha fallecido a los 68 años de edad por una enfermedad no revelada, según ha anunciado el gobierno chino. Li fue el segundo líder más poderoso de China después del presidente Xi Jinping, y se le consideraba un reformista pragmático y un defensor del crecimiento sostenible.
Li nació en 1955 en la provincia de Anhui, en el este de China, en una familia de agricultores. Se graduó en derecho por la Universidad de Pekín y se unió al Partido Comunista de China (PCCh) en 1976. Ascendió rápidamente por las filas del partido, ocupando cargos de responsabilidad en las provincias de Henan, Liaoning y Hebei. En 2007, fue nombrado miembro del Comité Permanente del Buró Político del PCCh, el órgano supremo de poder en China.
En 2013, Li se convirtió en primer ministro, sucediendo a Wen Jiabao. Durante su mandato, Li se centró en impulsar la economía china, que se enfrentaba a desafíos como el exceso de capacidad industrial, la deuda pública, la desigualdad social y la contaminación ambiental. Li promovió reformas estructurales para reducir la dependencia del país de las exportaciones e inversiones y fomentar el consumo interno y la innovación. También impulsó medidas para mejorar el bienestar social, como la ampliación de la cobertura sanitaria, la reducción de la pobreza y el aumento del salario mínimo.
Li fue uno de los principales interlocutores de China con el resto del mundo, especialmente con Estados Unidos y Europa. Mantuvo una buena relación con el ex presidente estadounidense Barack Obama y participó activamente en las negociaciones sobre el cambio climático, el comercio y la seguridad. También lideró la iniciativa de cooperación regional conocida como “16+1”, que agrupaba a China con 16 países de Europa Central y Oriental.
En 2018, Li fue reelegido como primer ministro para un segundo mandato de cinco años. Sin embargo, su poder se vio eclipsado por el creciente protagonismo de Xi Jinping, que eliminó el límite constitucional para su reelección como presidente y asumió un control directo sobre varios sectores clave de la política y la economía. Li mantuvo un perfil bajo y se limitó a seguir las directrices de Xi.
Li era conocido por su personalidad afable y cercana, así como por su interés por las ciencias y las tecnologías. Era aficionado al bádminton y al fútbol, y solía visitar las zonas rurales y las fábricas para conocer las condiciones de vida y trabajo de la gente común. Estaba casado con Cheng Hong, una profesora universitaria de literatura inglesa, con quien tenía una hija.
El gobierno chino ha expresado su profundo pesar por la muerte de Li y ha destacado sus contribuciones al desarrollo nacional y al bienestar del pueblo. También ha anunciado que se celebrará un funeral solemne en Pekín en una fecha aún por determinar.