Según un informe del Instituto Canadiense de Información Sanitaria (CIHI, por sus siglas en inglés), el gasto en salud de Canadá creció un 3,4% en 2023, lo que supone una tasa de crecimiento moderada en comparación con años anteriores. Sin embargo, el gasto en salud per cápita sigue siendo un 2,6% inferior al nivel previsto antes de la pandemia de COVID-19.
El informe indica que el gasto total en salud de Canadá alcanzó los 282.000 millones de dólares en 2023, lo que representa el 11,3% del producto interno bruto (PIB) del país. El gasto en salud per cápita fue de 7.239 dólares, lo que sitúa a Canadá en el séptimo lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El CIHI señala que la pandemia ha tenido un impacto significativo en el gasto en salud, tanto en términos de aumento de los costos relacionados con la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la COVID-19, como de disminución de los ingresos y los servicios no esenciales en algunos sectores sanitarios.
Entre los sectores que experimentaron un mayor crecimiento del gasto en salud se encuentran los hospitales (4,1%), los medicamentos (4%) y los servicios públicos de salud (5,5%). Por el contrario, los sectores que registraron una menor tasa de crecimiento o una disminución del gasto fueron los servicios médicos (0,8%), los servicios dentales (-0,9%) y los servicios auxiliares (-2,4%).
El informe también muestra las diferencias provinciales y territoriales en el gasto en salud. Las provincias del Atlántico y Quebec fueron las que registraron las mayores tasas de crecimiento del gasto en salud per cápita en 2023, mientras que Alberta y Saskatchewan fueron las que tuvieron las menores tasas. El gasto en salud per cápita varió desde los 8.761 dólares en Terranova y Labrador hasta los 6.595 dólares en Columbia Británica.
El CIHI afirma que el informe ofrece una visión general del gasto en salud de Canadá y sus tendencias, pero no evalúa la calidad o la eficiencia de los servicios sanitarios. Asimismo, advierte que el impacto a largo plazo de la pandemia en el sistema sanitario canadiense aún es incierto y dependerá de varios factores, como la evolución de la situación epidemiológica, la disponibilidad y la aceptación de las vacunas, y las decisiones políticas.