Los veterinarios de Canadá están sufriendo una crisis de salud mental que se ha agravado por la pandemia de COVID-19. Según un estudio realizado por la Asociación Canadiense de Medicina Veterinaria (ACMV) , el 85% de los veterinarios reportaron niveles moderados o altos de estrés, el 62% sufrieron de ansiedad y el 46% de depresión en el último año.
Entre los factores que contribuyen al malestar de los veterinarios se encuentran la alta demanda de servicios, la escasez de personal, la falta de apoyo, el acoso de los clientes, la exposición al sufrimiento animal y la eutanasia, y el riesgo de contagio por el coronavirus. Además, muchos veterinarios tienen dificultades para acceder a recursos de salud mental adecuados y asequibles.
La ACMV ha lanzado una campaña llamada “Los veterinarios no están bien” para concienciar sobre esta problemática y ofrecer soluciones. Entre ellas, se propone mejorar las condiciones laborales de los veterinarios, fomentar una cultura de cuidado y respeto, brindar apoyo psicológico y financiero, y educar al público sobre el rol y los desafíos de los veterinarios.
Los veterinarios son profesionales esenciales que cuidan de la salud y el bienestar de los animales y las personas. Sin embargo, su trabajo también implica un alto costo emocional y físico que puede afectar su calidad de vida. Por eso, es importante reconocer y atender sus necesidades de salud mental y apoyarlos en su labor.