La competencia con China por el liderazgo en las tecnologías limpias se ha convertido en una prioridad para muchos países, incluido Canadá. China domina el mercado mundial de paneles solares, baterías, vehículos eléctricos y otros productos que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto representa una amenaza para la seguridad energética y la soberanía tecnológica de otras naciones, así como una oportunidad para cooperar y aprender de la experiencia china.
El gobierno canadiense ha anunciado recientemente un plan de acción para impulsar el sector de las tecnologías limpias, que incluye inversiones, incentivos, regulaciones y alianzas estratégicas. El objetivo es crear empleos, innovación y competitividad, al tiempo que se contribuye a la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, algunos expertos advierten que Canadá se enfrenta a varios desafíos para alcanzar a China, como la falta de una visión clara, la escasez de capital, la fragmentación del mercado y la dependencia de las importaciones.
Para superar estos obstáculos, se recomienda que Canadá adopte una estrategia integral y coherente, que se base en sus fortalezas y ventajas comparativas, que fomente la colaboración entre los actores públicos y privados, y que busque oportunidades de cooperación con China y otros socios internacionales. De esta manera, Canadá podrá aprovechar el potencial de las tecnologías limpias para su desarrollo económico y social, y para su liderazgo ambiental.