El proyecto de ley que busca crear un programa nacional de seguro de medicamentos recetados, conocido como farmacéuticos, está en riesgo de no ser aprobado antes de que termine la actual sesión parlamentaria, según advirtieron algunos legisladores y defensores.
El proyecto de ley C-213, presentado por el diputado del Nuevo Partido Democrático (NDP) Peter Julian, fue aprobado en segunda lectura en febrero con el apoyo de los liberales, los bloquistas y los verdes, pero aún no ha sido debatido en el comité de salud de la Cámara de los Comunes.
Según Julian, el proyecto de ley es una oportunidad histórica para establecer un marco legal que garantice el acceso universal y asequible a los medicamentos recetados para todos los canadienses, siguiendo el modelo de la Ley Canadá de Salud.
Sin embargo, el tiempo se está acabando para que el proyecto de ley avance en el proceso legislativo, ya que solo quedan unos 20 días de sesiones programadas en el Parlamento antes de que se disuelva para las próximas elecciones federales.
Julian acusó al gobierno liberal de retrasar el proyecto de ley y de no cumplir con su promesa electoral de implementar un programa de farmacéuticos. Según él, el gobierno está cediendo a las presiones de la industria farmacéutica, que se opone a la reducción de los precios de los medicamentos que implicaría el programa.
Por su parte, el ministro de Salud, Patty Hajdu, dijo que el gobierno está comprometido con el objetivo de crear un programa de farmacéuticos, pero que necesita más tiempo y consultas con los gobiernos provinciales y territoriales, que son los responsables de administrar los sistemas de salud.
Mientras tanto, varios grupos de defensa de los derechos de los pacientes, como el Consejo de Canadienses y Médicos por un Seguro Nacional, han lanzado una campaña para presionar a los legisladores para que aprueben el proyecto de ley C-213 lo antes posible.
Según estos grupos, el programa de farmacéuticos es una necesidad urgente para millones de canadienses que no pueden pagar sus medicamentos recetados o que tienen que elegir entre comprar comida o medicinas. Además, argumentan que el programa ahorraría miles de millones de dólares al sistema de salud al reducir las hospitalizaciones y las complicaciones de salud.