El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente de China, Xi Jinping, tuvieron un tenso encuentro al margen de la cumbre del G20 en Bali, Indonesia, el pasado martes. Trudeau denunció la interferencia china en los asuntos internos de Canadá, mientras que Xi le reprochó que filtrara detalles de su reunión privada a los medios de comunicación.
Trudeau dijo en una rueda de prensa que había planteado a Xi el tema de la injerencia china en Canadá, que incluye la instalación ilegal de comisarías chinas en territorio canadiense, el financiamiento de candidatos electorales afines a Beijing y la detención arbitraria de dos ciudadanos canadienses en China desde 2018.
“En Canadá, creemos en el diálogo libre, abierto y franco, y eso es lo que seguiremos teniendo. Continuaremos buscando trabajar juntos de manera constructiva, pero habrá cosas en las que no estaremos de acuerdo”, afirmó Trudeau.
Sin embargo, Xi no se mostró receptivo a las críticas de Trudeau y lo acusó de violar el protocolo diplomático al revelar el contenido de su conversación a la prensa. Según la agencia estatal china Xinhua, Xi le dijo a Trudeau que “no es apropiado que un líder de un país haga declaraciones públicas sobre los asuntos internos de otro país” y que «esto no ayuda a mejorar las relaciones bilaterales».
Xi también defendió la posición de China sobre los dos canadienses detenidos, Michael Kovrig y Michael Spavor, que fueron acusados de espionaje y condenados a penas de prisión en un proceso opaco y sin garantías. Xi dijo que se trata de “un caso judicial ordinario” y que «China es un país con estado de derecho y no acepta la interferencia de ningún país en sus asuntos judiciales».
La reunión entre Trudeau y Xi fue la primera desde 2019, cuando ambos se vieron en la cumbre del G20 en Osaka, Japón. Desde entonces, las relaciones entre Canadá y China se han deteriorado por una serie de disputas comerciales, políticas y de derechos humanos. La liberación de los dos canadienses detenidos en China es una de las prioridades de la política exterior de Trudeau, que ha pedido la ayuda de Estados Unidos y otros aliados para presionar a Beijing.