Stellantis, el gigante automovilístico franco-italiano, ha anunciado que contratará a unos 600 trabajadores extranjeros para su planta de ensamblaje de Windsor, Ontario, donde produce las minivans Chrysler Pacifica y Grand Caravan. La empresa ha afirmado que necesita mano de obra cualificada y que no ha podido encontrar suficientes candidatos locales para cubrir las vacantes.
La decisión de Stellantis ha generado críticas por parte de algunos sindicatos y políticos, que consideran que la empresa debería dar prioridad a los trabajadores canadienses, especialmente en un contexto de crisis económica y social provocada por la pandemia de COVID-19. Según Statistics Canada, la tasa de desempleo en Windsor era del 9,6% en octubre, una de las más altas del país.
Entre los afectados por el desempleo se encuentran los cientos de trabajadores de Nextstar, una empresa de servicios de ingeniería que prestaba sus servicios a Stellantis. Nextstar anunció el jueves que despedirá a unos 700 empleados, la mayoría de ellos ingenieros, debido a la pérdida de su contrato con Stellantis. La empresa dijo que la decisión de Stellantis fue “repentina e inesperada” y que intentará reubicar a sus trabajadores en otros proyectos.
Stellantis, por su parte, ha defendido su decisión de contratar a trabajadores extranjeros, alegando que se trata de una medida temporal y que seguirá buscando personal local. La empresa también ha señalado que los trabajadores extranjeros tendrán que cumplir con los requisitos de inmigración y cuarentena del gobierno canadiense, y que recibirán el mismo salario y beneficios que los trabajadores canadienses.
Stellantis se formó en enero de 2021 tras la fusión de Fiat Chrysler Automobiles y PSA Group, convirtiéndose en el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo. La empresa tiene más de 400.000 empleados en todo el mundo y opera 14 marcas, entre ellas Jeep, Peugeot, Citroën, Alfa Romeo y Maserati.