El legado de Sinclair es mucho más que sus goles récord

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Christine Sinclair es la máxima goleadora de la historia del fútbol internacional, con 187 tantos en 304 partidos con la selección de Canadá. Pero su legado va más allá de sus cifras impresionantes, ya que también ha sido una líder, una inspiración y una embajadora del deporte.

Sinclair debutó con la selección canadiense en 2000, cuando tenía solo 16 años, y desde entonces ha sido una pieza clave en el equipo. Ha participado en cinco Copas del Mundo y tres Juegos Olímpicos, logrando dos medallas de bronce en estos últimos. Ha sido elegida dos veces la mejor jugadora de Canadá y una vez la mejor del mundo.

Sinclair ha demostrado su calidad y su carácter en los momentos más importantes, como cuando marcó tres goles en la semifinal olímpica de 2012 contra Estados Unidos, en un partido que acabó perdiendo Canadá por 4-3 en la prórroga. También ha sido una capitana ejemplar, que ha sabido transmitir su pasión y su compromiso a sus compañeras y a las generaciones más jóvenes.

Sinclair ha sido una pionera en el fútbol femenino, contribuyendo a su desarrollo y a su visibilidad. Ha jugado en varias ligas profesionales, tanto en Estados Unidos como en Europa, y ha apoyado causas sociales como la lucha contra el cáncer o la educación de las niñas. Ha recibido numerosos reconocimientos, como la Orden de Canadá o el Premio Lou Marsh al mejor deportista canadiense del año.

Sinclair es una leyenda del fútbol, que ha dejado una huella imborrable en el deporte y en la sociedad. Su legado es mucho más que sus goles récord, es un ejemplo de talento, liderazgo y generosidad.


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