El alcalde de Toronto, John Tory, ha declarado que la ciudad no se rendirá en la batalla judicial que mantiene con Uber, la empresa de transporte privado que opera a través de una aplicación móvil.
La ciudad de Toronto presentó una demanda contra Uber en 2015, acusándola de violar las normas municipales que regulan el servicio de taxi y de poner en riesgo la seguridad de los pasajeros y los conductores. La ciudad pide que se prohíba el funcionamiento de Uber en Toronto, o que se le obligue a cumplir con las mismas reglas que los taxis.
Uber se ha defendido argumentando que no es una empresa de transporte, sino una plataforma tecnológica que conecta a los usuarios con los conductores, y que no está sujeta a las regulaciones municipales. Uber también ha afirmado que su servicio ofrece más opciones, comodidad y competitividad al mercado del transporte en Toronto.
El caso se ha ido retrasando por varios motivos, entre ellos la pandemia de COVID-19, que ha afectado al funcionamiento de los tribunales. Sin embargo, el alcalde Tory ha dicho que la ciudad no va a abandonar la demanda, y que espera que el juicio se celebre pronto.
Tory ha dicho que la ciudad tiene el deber de proteger el interés público y de garantizar que todos los proveedores de transporte operen con las mismas reglas y estándares. Tory ha dicho que la ciudad no está en contra de la innovación y la tecnología, pero que no puede permitir que Uber actúe como si fuera una ley aparte.
Tory ha dicho que la ciudad está dispuesta a negociar con Uber una solución que sea justa y equilibrada para todas las partes, pero que no va a ceder ante las presiones o las amenazas de la empresa. Tory ha dicho que la ciudad tiene el apoyo de los taxistas y de los ciudadanos, que quieren un servicio de transporte seguro, confiable y accesible.