El miércoles, Estados Unidos vetó una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que habría exigido “pausas humanitarias” para entregar ayuda vital a millones de personas en Gaza, que sufre una grave crisis humanitaria tras los ataques de Israel.
La resolución, presentada por Noruega, Túnez y China, contó con el apoyo de 14 de los 15 miembros del Consejo, pero fue bloqueada por el veto de Estados Unidos, que es uno de los cinco miembros permanentes con derecho a veto.
La resolución también habría condenado la violencia de ambas partes y pedido el cese de las hostilidades, así como el respeto al derecho internacional humanitario y de los derechos humanos.
El embajador de Estados Unidos ante la ONU, Antony Blinken, dijo que la resolución era “inaceptable” porque no mencionaba el papel de Hamas, el grupo que gobierna Gaza, en el conflicto. Blinken afirmó que Estados Unidos seguía comprometido con una solución diplomática y que estaba trabajando “incansablemente” para lograr un alto el fuego.
Sin embargo, el veto de Estados Unidos provocó una fuerte reacción de otros países y organizaciones, que acusaron a Washington de tener “doble rasero” y de obstaculizar los esfuerzos de paz.
El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, calificó el veto de “vergonzoso” y dijo que Estados Unidos era “cómplice” de los crímenes de Israel. El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, dijo que el veto mostraba el “desprecio” de Estados Unidos por el derecho internacional y los derechos humanos.
La Liga Árabe expresó su “profunda decepción” por el veto y dijo que era una “bofetada” a la comunidad internacional. La Organización de Cooperación Islámica dijo que el veto era una “violación flagrante” de las resoluciones de la ONU y una “negación de la justicia” al pueblo palestino.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) advirtió que la situación en Gaza era “extremadamente precaria” y que se necesitaba urgentemente una pausa humanitaria para permitir el acceso de la ayuda y el personal médico, así como la evacuación de los heridos y los muertos.
Según la OCHA, más de 200 personas han muerto y más de 1.400 han resultado heridas en Gaza desde el inicio de la escalada el 10 de noviembre. Además, más de 58.000 personas han sido desplazadas de sus hogares y más del 40% de la población carece de agua potable.
La OCHA también dijo que los ataques de Israel habían dañado o destruido más de 450 edificios, incluyendo escuelas, hospitales, mezquitas y medios de comunicación. Asimismo, denunció que Israel había restringido el paso de combustible, alimentos y medicinas a Gaza, lo que agravaba la crisis humanitaria.
La resolución vetada por Estados Unidos era la cuarta propuesta de declaración del Consejo de Seguridad sobre la situación en Gaza desde el inicio de la violencia. Las anteriores también fracasaron por la oposición de Estados Unidos, que argumentó que no eran equilibradas ni contribuían a la desescalada.