El proyecto de ley C-234, que busca eximir del impuesto al carbono al gas natural y al propano que usan los agricultores para calentar edificios y secar granos, está pendiente de la aprobación del Senado de Canadá, mientras los agricultores protestan para exigir su pronta ratificación.
El proyecto de ley, presentado por el diputado conservador Ben Lobb, fue aprobado por la Cámara de los Comunes en marzo con el apoyo de todos los partidos excepto el liberal, que es el partido gobernante. Sin embargo, el proyecto de ley se ha estancado en el Senado, donde los liberales tienen mayoría, y se teme que no llegue a tiempo para la próxima sesión parlamentaria.
Los agricultores argumentan que el impuesto al carbono, que se aplica a las emisiones de gases de efecto invernadero de los combustibles fósiles, les supone un costo adicional que afecta a su rentabilidad y competitividad. Según ellos, no tienen alternativas viables para reducir su consumo de gas natural y propano, que son necesarios para sus actividades agrícolas.
El gobierno liberal, por su parte, defiende el impuesto al carbono como una medida para incentivar la transición hacia una economía más verde y cumplir con los compromisos climáticos de Canadá. El gobierno también ofrece una devolución parcial del impuesto a los agricultores, pero estos la consideran insuficiente y burocrática.
El proyecto de ley C-234 propone una exención limitada y temporal del impuesto al carbono para el gas natural y el propano que se usen exclusivamente en las granjas. El proyecto de ley tiene una vigencia de ocho años, durante los cuales el gobierno debería buscar soluciones para reducir las emisiones del sector agrícola.
El destino del proyecto de ley dependerá de la voluntad política del Senado y del gobierno, que podrían acelerar su tramitación o dejarlo morir. Mientras tanto, los agricultores siguen presionando con manifestaciones y campañas para que se apruebe el proyecto de ley y se reconozca su contribución a la economía y la seguridad alimentaria de Canadá.