Un desplazamiento que ha marcado su resurgimiento tras un 2023 poco fructífero. Este viaje tuvo lugar después de que el príncipe Harry regresara al Reino Unido para visitar a su padre, el rey Carlos III, quien recientemente hizo público que padece cáncer. Durante su estancia en Canadá, los duques participaron en diversas actividades, incluyendo una carrera de curling en el centro comunitario Hillcrest. Allí, junto con el cantante canadiense Michael Bublé y su esposa Luisana Lopilato, compartieron momentos con familiares de militares y simpatizantes. El príncipe Harry incluso se aventuró a jugar al curling en silla de ruedas, anticipando los Juegos Invictus que organizará el próximo año para veteranos militares y heridos en actos de servicio.
El viaje culminó con una elegante gala en el Centro de Convenciones de Vancouver, donde los duques fueron obsequiados con mantas tejidas a mano para sus hijos, Archie y Lilibet. Meghan Markle lució un vestido verde oliva de la diseñadora canadiense Greta Constantine, complementado con un collar de Logan Hollowell y zapatos de Manolo Blahnik. El evento también contó con la emotiva interpretación del cantante Michael Bublé, quien deseó una pronta recuperación al rey Carlos III, recientemente diagnosticado con cáncer. En palabras del príncipe Harry, los Juegos Invictus no son solo una competición, sino una celebración del espíritu humano.