En un artículo publicado por The Guardian, se plantea la posibilidad de que el Partido Conservador en el Reino Unido pueda enfrentar un evento de “extinción” similar al que experimentó el Partido Conservador Progresista de Canadá en 1993. En ese año, el partido en el poder desde 1984 colapsó de 167 escaños federales a solo dos, lo que finalmente condujo a su disolución y fusión con el nuevo Partido Conservador de Canadá. Hay notables paralelos: un partido conservador complaciente que había cambiado recientemente de líder, luchando con la economía y enfrentando un nuevo partido de derecha insurgente llamado Reforma. Además, tanto Canadá como Westminster utilizan el sistema de “primero el puesto” (FPTP), que puede distorsionar significativamente la forma en que los votos se traducen en escaños. Algunos conservadores en el Reino Unido, que desean que Sunak siga más de cerca el populismo de derecha de Reforma en áreas como la inmigración, argumentan que sin un cambio, esto podría suceder aquí. Aunque un recuento de dos escaños después de las elecciones parece poco realista, las peculiaridades del FPTP significan que no se necesitaría un cambio masivo en las encuestas para que el número total de diputados conservadores disminuya drásticamente.
La pérdida de escaños en las recientes elecciones parciales en Wellingborough y Kingswood, anteriormente bastiones conservadores, ha aumentado estas preocupaciones. Algunos temen que una mayor caída en las encuestas y la decisión de Nigel Farage de retomar el liderazgo de Reforma antes de las elecciones podría inclinar una derrota electoral general hacia una calamidad. Aunque la posibilidad de un resultado similar a Canadá 1993 puede parecer remota, el sistema FPTP podría tener un impacto significativo en la representación parlamentaria. Según el modelo de votos a escaños en el sitio web Electoral Calculus, los conservadores se reducirían a 179 escaños con los niveles de encuestas actuales.
En resumen, el Tory Sunak enfrenta la presión de evitar un resultado de elección a nivel de extinción, y la sombra de Canadá 1993 se cierne sobre la política británica.