En una reciente reunión en Jamaica, representantes de Canadá, Estados Unidos, el Caribe y otros países discutieron soluciones para la crisis en Haití. Sin embargo, líderes de la comunidad haitiana en Quebec advierten que la situación no mejorará si no se escucha a los haitianos, tanto en la isla como en la diáspora. La violencia de las pandillas armadas que controlan gran parte de la capital haitiana amenaza con una guerra civil. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, la situación ha empeorado.
El presidente haitiano Ariel Henry anunció que renunciará una vez que se haya designado un consejo de transición y un reemplazo temporal. El grupo Concertation haïtienne pour les migrants (CHPM), formado por organizaciones comunitarias que abogan por una mejor integración de los solicitantes de asilo haitianos en Quebec y Canadá, insta a Canadá a cambiar su enfoque hacia la nación insular. Aunque Canadá ha expresado su apoyo a un nuevo liderazgo, los líderes haitianos en Quebec no son optimistas. Consideran que nombrar personas para gobernar el país sin el consentimiento de la población no es la solución.
Frantz Voltaire, director del Centre international de documentation et d’information Haïtienne, Caribéenne et Afro-Canadienne (CIDIHCA), enfatiza que la estabilidad no se logrará mediante operaciones internacionales, grandes sumas de dinero o fuerzas extranjeras. En cambio, la clave está en el conocimiento y la participación de los haitianos. Voltaire sostiene que los haitianos deben ser parte activa en la reconstrucción y reforma de la fuerza policial, el sistema de justicia y las prisiones del país.
La comunidad haitiana en Quebec enfrenta dificultades para apoyar a sus familias en Haití debido al caos reinante. A pesar de los desafíos, los haitianos deben ser considerados parte fundamental del futuro de su país. Es hora de escuchar sus propuestas y darles un asiento en la mesa para lograr una verdadera estabilidad en Haití.