El estrés es una parte inevitable de la vida cotidiana, pero ¿cuándo se convierte en una amenaza para nuestra salud? Un psiquiatra experto en medicina psicosomática, Lawson R. Wulsin, ha arrojado luz sobre esta cuestión crucial en un artículo reciente.
El Dr. Wulsin, profesor de Psiquiatría y Medicina Familiar en la Universidad de Cincinnati, explica que el estrés tóxico, aquel que persiste y conduce a enfermedades, puede acelerar el envejecimiento biológico y aumentar el riesgo de padecer obesidad, diabetes, depresión y otras enfermedades crónicas. Este tipo de estrés desgasta el sistema de respuesta al estrés del cuerpo, lo que puede tener efectos duraderos y perjudiciales para la salud.
La distinción entre el estrés ‘bueno’ y el tóxico es fundamental. El estrés bueno, aquel con el que podemos lidiar fácilmente, es beneficioso para la salud. Nos ayuda a regular nuestro sistema de respuesta al estrés y nos mantiene en forma. Por otro lado, el estrés tóxico puede manifestarse inicialmente con síntomas persistentes como dolores de cabeza, fatiga o dolor abdominal, y eventualmente puede desencadenar enfermedades graves como migrañas, asma, diabetes o colitis ulcerosa.
El Dr. Wulsin señala que los niños con padres alcohólicos o drogadictos tienen un mayor riesgo de desarrollar estrés tóxico. Además, un estudio de 2023 confirmó que el estrés persistente y elevado en la mediana edad acelera el envejecimiento biológico de manera comparable a los efectos del tabaquismo y el bajo estatus socioeconómico, ambos factores de riesgo bien establecidos para el envejecimiento acelerado.
En su próximo libro, “Estrés Tóxico: Cómo el Estrés nos Está Matando y Qué Podemos Hacer Al Respecto”, el Dr. Wulsin profundiza en cómo el estrés afecta nuestra salud y ofrece estrategias para combatirlo. Este trabajo promete ser una guía esencial para entender y manejar el estrés en nuestras vidas.