En un reciente artículo de opinión, el economista David Rosenberg advierte al gobernador del Banco de Canadá, Tiff Macklem, sobre el riesgo de cometer un nuevo error en la política monetaria, pero esta vez en la dirección opuesta. Rosenberg argumenta que el Banco de Canadá, al igual que otros bancos centrales, llegó tarde al reconocer el aumento de la inflación y ahora podría estar yendo demasiado lejos en su respuesta.
Rosenberg señala que los últimos datos de inflación muestran una tendencia a la baja, con el índice de precios al consumidor, excluyendo alimentos y energía, aumentando menos del 0.1% mes a mes en febrero, lo que no había ocurrido en tres años. Además, la medida mediana del IPC de inflación subyacente también ha registrado incrementos inferiores al 0.1% por segundo mes consecutivo, lo que indica que el tema de la desinflación se está ampliando.
El economista sugiere que no hay necesidad de esperar hasta el verano para recortar las tasas de interés cuando la próxima reunión del banco central es en solo unas semanas. Según Rosenberg, es hora de que el Banco de Canadá deje de temer a su propia sombra y reconozca la desaceleración de la inflación, evitando así un endurecimiento excesivo de la política que podría ser más apropiado para una economía con exceso de demanda.