El gobierno de Ontario, liderado por el Primer Ministro Doug Ford, ha decidido extender la reducción de impuestos a la gasolina por otros seis meses, lo que costará alrededor de 500 millones de dólares. Esta medida, que se implementó por primera vez en 2022, fue diseñada para contrarrestar los efectos del precio federal del carbono, comúnmente conocido como el impuesto al carbono.
A pesar de que inicialmente se vendió como un alivio temporal, el gobierno de Ford ha extendido la medida cuatro veces, limitando la porción provincial del impuesto a nueve centavos por litro. Según el gobierno, esto ha permitido a los hogares de Ontario ahorrar un promedio de 320 dólares.
Sin embargo, los ahorros modestos, que son menos de 130 dólares al año por hogar en promedio, han suscitado preguntas sobre si la reducción del impuesto a la gasolina vale la pena el alto costo1. El líder del Partido Verde, Mike Schreiner, sugiere que los “verdaderos ahorros” están en los vehículos eléctricos, que el gobierno debería trabajar para hacer más rentables.
El Ministro de Finanzas, Peter Bethlenfalvy, afirmó que la medida tiene sentido ya que «la alta inflación y las tasas de interés están perjudicando a los trabajadores de Ontario». A pesar de las críticas, el Primer Ministro Ford volvió a intentar vincular la reducción del impuesto a la gasolina con la fijación de precios del carbono federal cuando anunció la extensión ampliamente anticipada