En un giro inesperado de los acontecimientos, el Ministro de Justicia de Nueva Escocia, Brad Johns, ha presentado su renuncia después de hacer comentarios que minimizaban la gravedad de la violencia doméstica. Sus palabras, que surgieron en respuesta a una pregunta de un periodista durante el cuarto aniversario del tiroteo masivo de 2020 en Nueva Escocia, han provocado una ola de críticas y han llevado a su salida del gabinete.
Johns había afirmado que no creía que la violencia doméstica fuera una epidemia en la provincia, contradiciendo así las recomendaciones del informe final de la Comisión de la Masacre de Nueva Escocia. El informe instaba a tratar la violencia doméstica como tal, dada su prevalencia y gravedad.
El Primer Ministro de Nueva Escocia, Tim Houston, aceptó la renuncia de Johns el viernes por la noche, reafirmando el compromiso de su gobierno con la lucha contra la violencia doméstica y prometiendo continuar trabajando con organizaciones asociadas para apoyar el trabajo importante que se está realizando en respuesta al informe de la Comisión y frente a la epidemia de violencia doméstica en toda Nueva Escocia y Canadá.
La controversia surgió en un momento particularmente sensible, ya que se conmemoraba el aniversario de la tragedia en la que un tirador asesinó a 22 personas después de atacar primero a su pareja. La declaración de Johns, que minimizaba la violencia doméstica y sugería que había problemas más grandes como las drogas y las armas, fue rápidamente seguida por una disculpa pública y llamadas personales a varios refugios para mujeres para disculparse.
Este incidente ha puesto de relieve la importancia de abordar la violencia doméstica con la seriedad y la atención que merece, y ha demostrado que incluso los comentarios hechos sin malicia pueden tener consecuencias significativas en el ámbito público y político.