En un giro dramático de los acontecimientos, el jefe de inteligencia militar de Israel, el Mayor General Aharon Haliva, ha presentado su renuncia. Esta decisión se produce en medio de una creciente presión por los fallos de inteligencia que precedieron al ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre.
Haliva, quien ha servido en el ejército durante 38 años, es el primer funcionario israelí en asumir la responsabilidad por no prevenir el asalto, que resultó ser el más mortífero en la historia de Israel. Más de 1,200 israelíes y extranjeros, en su mayoría civiles, perdieron la vida y otros 253 fueron tomados como rehenes y llevados a Gaza.
En respuesta a los ataques, Israel inició su guerra más intensa en Gaza con el objetivo de destruir a Hamas y liberar a los rehenes. Según informes del ministerio de salud controlado por Hamas en Gaza, más de 34,000 palestinos, la mayoría niños y mujeres, han muerto en el conflicto.
El Mayor General Haliva ha declarado que la dirección de inteligencia que lideraba “no estuvo a la altura de la tarea que se nos confió”. En su carta de renuncia, expresó que llevará consigo «el dolor negro de ese día, día tras día, noche tras noche. Llevaré conmigo el horrible dolor de la guerra para siempre».
La renuncia de Haliva se produce en un momento en que continúan las llamadas para que Israel acuerde un trato para asegurar la liberación de los cautivos, y la tensión en la región amenaza con desencadenar un conflicto con Irán.
Este suceso marca un punto de inflexión en la seguridad nacional de Israel y pone de manifiesto la importancia crítica de la inteligencia militar en la prevención de ataques y la protección de la ciudadanía.