El presidente iraní, Ebrahim Raisi, durante una visita a Pakistán, advirtió que si Israel lleva a cabo un ataque significativo contra Irán, esto podría resultar en la aniquilación del “régimen sionista”. Raisi afirmó que Irán continuaría apoyando “la resistencia palestina” y destacó que cualquier agresión israelí cambiaría radicalmente la dinámica en la región, sugiriendo que no quedaría nada de Israel.
Esta declaración se produce en un contexto de crecientes tensiones entre Irán e Israel, tras una serie de intercambios militares. Irán lanzó un ataque con misiles y drones contra Israel el 13 de abril, en lo que dijo fue una represalia por un presunto ataque mortal de Israel contra un edificio consular en Damasco el 1 de abril. Sin embargo, casi todos los misiles fueron interceptados. Además, se escucharon explosiones sobre la ciudad iraní de Isfahán en un supuesto ataque israelí contra un sistema de defensa de misiles, pero Teherán minimizó el incidente y declaró que no tenía planes de represalia.
Estos acontecimientos subrayan la naturaleza volátil de las relaciones entre ambos países y el potencial de escalada en un conflicto que podría tener implicaciones significativas para la estabilidad de la región.