Un contratista de la NASA ha emitido una advertencia urgente contra el próximo lanzamiento del cohete Starliner de Boeing, programado para el 17 de mayo, debido al “riesgo de un desastre”. ValveTech, el contratista que suministra componentes de válvulas para la nave Starliner, instó a la agencia espacial a realizar más controles de seguridad antes del lanzamiento.
El último intento de lanzamiento, previsto para el 6 de mayo, fue cancelado dos horas antes del despegue debido a un problema con una válvula. La nave Starliner está diseñada para transportar personas hacia y desde la Estación Espacial Internacional, así como a otros destinos en órbita terrestre baja.
“Como un socio valioso de la NASA y expertos en válvulas, les instamos encarecidamente a no intentar un segundo lanzamiento debido al riesgo de un desastre en la plataforma de lanzamiento”, declaró Erin Faville, presidente de ValveTech, en un comunicado de prensa.
Según informes de los medios, un zumbido que indicaba una válvula con fugas fue notado por alguien que pasaba junto al Starliner minutos antes del lanzamiento. Este sonido podría indicar que la válvula ha superado su ciclo de vida útil.
Faville urgió a la NASA a «redoblar los controles de seguridad y reexaminar los protocolos de seguridad para asegurarse de que el Starliner esté seguro antes de que ocurra algo catastrófico con los astronautas y con la gente en tierra».
Este es el último de una serie de problemas para Boeing, que ha estado en los titulares recientemente por defectos en sus aeronaves. Además, un fallo judicial federal de noviembre de 2023 encontró que Boeing había utilizado una válvula de otro contratista, Aerojet Rocketdyne, que “violó múltiples acuerdos de no divulgación” al tomar diseños y tecnología de ValveTech.
Un testigo en el juicio advirtió que la válvula de Aerojet no estaba “calificada con las especificaciones correctas y no fue evaluada para asegurar los protocolos de seguridad”, según el comunicado de prensa. Por lo tanto, ValveTech “continúa cuestionando cómo la NASA, Boeing y Aerojet pudieron haber calificado esta válvula para la misión sin los datos de soporte adecuados o información histórica o legada previa”, lo cual «va en contra de los protocolos de calificación de la industria aeroespacial establecidos por la NASA».
Este incidente resalta la importancia de la seguridad en las misiones espaciales y el impacto que pueden tener los fallos técnicos en la confianza pública hacia las empresas involucradas en la exploración espacial.