El martes, 28 de mayo de 2024, se llevaron a cabo ataques israelíes en un campamento de tiendas en una zona de evacuación al oeste de Rafah, matando al menos a 21 personas, según las autoridades de salud en Gaza. Además, tanques avanzaron hacia el centro de la ciudad del sur de Gaza por primera vez después de una noche de bombardeos intensos.
Dos días antes, otro ataque israelí en un campamento había generado condena global. Los servicios de emergencia en Gaza informaron que cuatro proyectiles de tanque impactaron un grupo de tiendas en Al-Mawasi, un área costera a la que Israel había aconsejado a los civiles en Rafah que se trasladaran para su seguridad. Según los funcionarios médicos en el enclave palestino dirigido por Hamas, al menos 12 de los fallecidos eran mujeres.
Un portavoz militar israelí declaró: “Hasta este momento, no tenemos conocimiento de este incidente”. Testigos informaron que se vieron tanques y vehículos blindados montados con ametralladoras cerca de la mezquita Al-Awda en el centro de Rafah. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la ofensiva israelí en Rafah, que ya lleva tres semanas.
El ataque del domingo, que provocó un incendio en un campamento de tiendas en un distrito occidental de la ciudad, causó la muerte de al menos 45 personas. Israel afirmó que había apuntado a comandantes de Hamas y que no tenía la intención de causar bajas civiles. Líderes globales expresaron horror por el fuego en una “zona humanitaria” designada en Rafah, donde las familias desplazadas por los combates en otros lugares habían buscado refugio, y urgieron a la implementación de una orden de la Corte Mundial la semana pasada para detener el asalto israelí.
El ataque del martes ocurrió en un área designada por Israel como una zona humanitaria ampliada, a la que había instado a los civiles en Rafah a evacuar para su propia seguridad cuando lanzó su incursión a principios de mayo. En un movimiento diplomático aparentemente destinado a frenar la violencia, España, Irlanda y Noruega reconocieron oficialmente un estado palestino el martes. Los tres países han manifestado que esperan que su decisión acelere los esfuerzos para lograr un alto el fuego en la guerra de Israel contra los militantes de Hamas, que ya lleva ocho meses y ha reducido gran parte del territorio densamente poblado a escombros.
Residentes informaron que el barrio Tel Al-Sultan de Rafah, escenario del ataque del domingo por la noche en el que se incendiaron tiendas y refugios mientras las familias se disponían a dormir, seguía siendo bombardeado. Aproximadamente un millón de personas, muchas de ellas desplazadas repetidamente por las olas cambiantes de la guerra, han huido de la ofensiva israelí en Rafah desde principios de mayo, según la agencia de refugiados palestinos de la ONU (UNRWA).