El líder del Partido Conservador de Canadá, Pierre Poilievre, ha declarado que expulsaría a cualquier miembro de su grupo parlamentario que se descubra que ha colaborado con gobiernos extranjeros. Esta declaración surge en medio de un informe explosivo que alega que algunos parlamentarios han trabajado activamente para ayudar a gobiernos extranjeros como China e India a interferir en la política canadiense.
Poilievre ha instado al gobierno liberal a revelar los nombres de los parlamentarios acusados en el informe de inteligencia, argumentando que los canadienses tienen derecho a saber quiénes son. El informe, que fue presentado por el Comité de Seguridad Nacional e Inteligencia de los Parlamentarios (NSICOP), está fuertemente redactado y sugiere que los parlamentarios podrían haber ayudado a actores extranjeros a inmiscuirse en campañas políticas y carreras de liderazgo.
El líder conservador ha reconocido que hay información de inteligencia sensible que no puede ser divulgada públicamente porque comprometería la capacidad de las agencias de inteligencia para recopilar información. Sin embargo, ha enfatizado la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en este asunto de seguridad nacional.
El escándalo ha sacudido el Parlamento de Canadá, generando un debate sobre la capacidad de los mecanismos de disuasión del gobierno federal para frenar la interferencia extranjera en un país cuyo sistema político y legal es considerado uno de los más eficientes del mundo.