En una reciente cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Astaná, Kazajistán, los presidentes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladimir Putin, destacaron los “cambios tectónicos” en la política global. Ambos líderes subrayaron la importancia de resistir la influencia externa y promover un mundo multipolar, en contraposición a la hegemonía de Estados Unidos.
Xi Jinping instó a los países miembros a unirse para resistir la interferencia externa y apoyar mutuamente sus preocupaciones y desarrollo regional. Putin, por su parte, señaló que nuevos centros de poder político y económico están emergiendo, lo que refleja un cambio significativo en el equilibrio global.
En una declaración conjunta, los líderes de la OCS enfatizaron la necesidad de que el bloque juegue un papel más destacado en la seguridad global y regional. La declaración también mencionó el aumento del uso de la fuerza, la violación sistemática de las normas del derecho internacional y el crecimiento de los conflictos geopolíticos.
La cumbre no abordó directamente la invasión de Ucrania por parte de Rusia ni la disputa de China con Taiwán, pero reafirmó el respeto mutuo por la soberanía, independencia e integridad territorial de los estados. Además, se hizo un llamado a un cese al fuego temprano y sostenible en Gaza y a una solución justa y completa del conflicto palestino.
Tanto China como Rusia critican regularmente lo que consideran la dominación de Estados Unidos en los asuntos globales y buscan aumentar su influencia, especialmente en regiones cercanas a sus fronteras. Putin destacó que el mundo multipolar ya es una realidad, celebrando la adhesión de Bielorrusia a la OCS como su décimo miembro.
La OCS, vista por Moscú y Pekín como un contrapeso a la influencia estadounidense, continúa expandiendo su rol en la política global. Los líderes de la organización enfatizaron la importancia de estar del lado correcto de la historia, promoviendo la equidad y la justicia en el escenario internacional.