El gobierno de Canadá ha tomado una decisión sorprendente al proponer un impuesto a los servicios digitales a partir del 1 de enero de 2024. Esta medida, que podría aplicarse retroactivamente desde el inicio de 2022, rompe con el acuerdo global y podría dañar las relaciones comerciales con Estados Unidos. La imposición de este impuesto casi con seguridad provocaría represalias comerciales por parte de Estados Unidos, lo que afectaría significativamente la economía canadiense.
Este impuesto afectaría especialmente a provincias como Quebec, donde las exportaciones de productos como aluminio y papel a Estados Unidos son cruciales para la economía local. Además, las empresas canadienses buscan aumentar sus exportaciones a Estados Unidos en áreas como la energía limpia, pero el impuesto a los servicios digitales amenaza esta relación comercial entre ambos países.
Un grupo bipartidista de legisladores estadounidenses instó al secretario del Tesoro y al representante comercial de Estados Unidos a presionar a Canadá para que no implemente este impuesto, ya que podría tener «consecuencias significativas». A pesar de la oposición de los republicanos en el Congreso, se espera que Estados Unidos firme el convenio multilateral que extiende la moratoria sobre nuevos impuestos a los servicios digitales. Dado que al menos el 60% de las empresas matrices de las entidades multinacionales afectadas son estadounidenses, es probable que esta prohibición se extienda al menos hasta 2025 y posiblemente más tiempo.