En una decisión que ha generado un intenso debate, el gobierno provincial ha rechazado la recomendación de la oficial de salud provincial, la Dra. Bonnie Henry, de proporcionar drogas duras reguladas sin receta médica. Esta medida, propuesta como una solución para combatir la crisis de sobredosis, ha sido desestimada por las autoridades provinciales, quienes argumentan que la distribución de estas sustancias sin supervisión médica no es el camino adecuado.
La Dra. Henry, en su informe titulado “Alternativas a las Drogas No Reguladas: Otro Paso para Salvar Vidas”, sugirió que las alternativas a las drogas tóxicas podrían ser distribuidas y consumidas en entornos supervisados, como sitios de prevención de sobredosis o clubes de compasión. Según Henry, más de 225,000 personas en la provincia están accediendo a drogas no reguladas, y el fentanilo sigue siendo el principal causante de muertes por sobredosis, con un 83% de las muertes relacionadas con opioides.
La Ministra de Salud Mental y Adicciones, Jennifer Whiteside, declaró que, aunque la Dra. Henry es una voz independiente importante en salud pública, “este es un tema en el que no estamos de acuerdo”. Whiteside enfatizó que la provincia se centrará en expandir el acceso a tratamientos y cuidados de salud mental y adicciones, y en «tomar medidas enérgicas contra los traficantes de drogas depredadores que están traficando y vendiendo estas drogas tóxicas».
La propuesta de Henry también ha sido respaldada por la ex jefa forense Lisa Lapointe, quien antes de retirarse en enero, hizo un llamado similar para expandir el programa de suministro seguro de la provincia. Sin embargo, el Premier de la provincia, David Eby, ha rechazado consistentemente la idea de distribuir drogas sin la supervisión de profesionales médicos.
El informe de Henry subraya que los enfoques centrados en la prohibición de drogas no solo han fallado en controlar el acceso a sustancias controladas, sino que también han creado un suministro de drogas no reguladas tóxicas que ha matado a miles de personas desde que se declaró la emergencia de salud hace ocho años. Henry argumenta que un sistema que permita el acceso a alternativas más seguras y reguladas es necesario, ya que un número significativo de personas que murieron por el suministro de drogas no reguladas no tenían trastornos por uso de sustancias y no pueden ser protegidas por enfoques medicalizados.
La controversia sobre el suministro seguro de drogas ha sido intensa, con líderes conservadores federales y provinciales afirmando que las drogas del programa están siendo desviadas al mercado negro. Sin embargo, el Ministro de Seguridad Pública, Mike Farnworth, ha declarado que no hay evidencia de una desviación generalizada de las drogas de suministro seguro.
La Dra. Henry concluyó su informe afirmando que “no podemos prescribir nuestra salida de esta crisis” y que encontrar nuevas formas de permitir el acceso a alternativas a las drogas no reguladas requerirá conversaciones audaces, cambios a nivel de sistema y pensar fuera de las limitaciones que hasta ahora han fallado en revertir esta crisis.