En los últimos años, Canadá ha visto un preocupante aumento en las enfermedades transmitidas por garrapatas, lo que ha generado inquietud entre los expertos en salud pública y la población en general. Enfermedades como la anaplasmosis, la babesiosis y el virus Powassan, junto con la más conocida enfermedad de Lyme, están emergiendo como amenazas significativas para la salud pública.
Un caso que ilustra la gravedad de la situación es el de MaryAnn Harris, una residente de Ottawa que pasó tres años en el hospital antes de fallecer en junio de 2024 debido a una infección por el virus Powassan, una enfermedad poco conocida transmitida por garrapatas. Harris comenzó a mostrar síntomas preocupantes en septiembre de 2021, incluyendo fatiga extrema, náuseas y visión doble. A pesar de los esfuerzos médicos, la inflamación en su tronco encefálico la dejó paralizada y nunca pudo salir del hospital.
El aumento de casos de enfermedades transmitidas por garrapatas en Canadá se debe en parte al cambio climático, que está permitiendo que las poblaciones de garrapatas se expandan hacia el norte, poniendo a más personas en riesgo. Sin embargo, a pesar del aumento en los casos, los datos sobre estas enfermedades siguen siendo escasos, lo que dificulta la respuesta efectiva de las autoridades de salud pública.
La vigilancia de las garrapatas en Canadá se realiza mediante métodos de vigilancia pasiva y activa. La vigilancia pasiva implica la recolección de garrapatas de personas o mascotas que los profesionales de la salud, veterinarios o el público envían voluntariamente. La vigilancia activa, por otro lado, implica la recolección de garrapatas en su hábitat natural mediante métodos de estudio de campo. A pesar de estos esfuerzos, la conciencia pública sobre las enfermedades transmitidas por garrapatas sigue siendo limitada, lo que puede llevar a retrasos en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes.
Para protegerse de las picaduras de garrapatas, se recomienda cubrir la piel expuesta, usar repelente de insectos con DEET o Icaridina, y realizar una revisión completa del cuerpo después de estar al aire libre. Además, mantener los jardines libres de hojas y hablar con los veterinarios sobre la prevención de picaduras de garrapatas y la enfermedad de Lyme en las mascotas son medidas importantes para reducir el riesgo ambiental.