El sábado, una serie de ataques aéreos israelíes golpearon una escuela que estaba siendo utilizada por palestinos desplazados en el centro de Gaza. El resultado fue devastador: al menos 30 personas, incluyendo varios niños, perdieron la vida. El ataque ocurrió mientras los negociadores del país se preparaban para reunirse con mediadores internacionales para discutir un alto el fuego propuesto.
La escuela de niñas en Deir al-Balah se había convertido en un refugio para miles de personas que huían de la violencia. Sin embargo, las bombas israelíes destrozaron las paredes y dejaron las aulas en ruinas. Los trabajadores de defensa civil en Gaza lucharon por encontrar víctimas entre los escombros, mientras los cuerpos cubiertos con mantas yacían en el suelo.
El Ministerio de Salud de Gaza informó que al menos 12 personas murieron en otros ataques aéreos ese mismo sábado. Mientras tanto, funcionarios de Estados Unidos, Egipto, Qatar e Israel estaban programados para reunirse en Italia el domingo para discutir las negociaciones en curso para un alto el fuego. Se espera que el director de la CIA, Bill Burns, se reúna con el primer ministro qatarí, Mohammed Bin Abdul Rahman al-Thani, el director del Mossad, David Barnea, y el jefe de inteligencia egipcio, Abbas Kamel.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró en un discurso ante el Congreso de Estados Unidos que seguiría presionando con la guerra hasta lograr una “victoria total”. Tras el ataque israelí a la escuela, los funcionarios palestinos condenaron el discurso de Netanyahu y expresaron su frustración por la falta de acción internacional para detener la agresión.
En medio de la tragedia, la comunidad internacional sigue buscando soluciones para poner fin al conflicto y proteger a los civiles atrapados en la violencia. La evacuación ordenada por Israel de una parte de la zona humanitaria en Gaza antes de un nuevo ataque planeado en Khan Younis subraya la urgencia de encontrar una solución pacífica y duradera.