Disturbios racistas sacuden ciudades británicas

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FOTO: REUTERS

En los últimos días, varias ciudades británicas han sido escenario de violentos disturbios racistas, dejando al nuevo gobierno del Reino Unido luchando por controlar el peor desorden en más de una década. Los disturbios comenzaron como marchas antiinmigrantes organizadas en plataformas de redes sociales como X, WhatsApp y Telegram, pero rápidamente se tornaron desordenadas y violentas. Los manifestantes incendiaron dos hoteles Holiday Inn en Rotherham y Tamworth, que albergaban a solicitantes de asilo en espera de una decisión sobre sus solicitudes. En Rotherham, los alborotadores arrojaron tablones de madera, usaron extintores contra los oficiales y rompieron ventanas para ingresar al edificio.

La violencia se extendió a otras ciudades, donde multitudes de agitadores de extrema derecha dañaron edificios públicos y se enfrentaron con la policía, arrojando objetos a los oficiales y destrozando sus vehículos. En Plymouth, los oficiales resultaron heridos cuando multitudes enojadas descendieron sobre la ciudad costera. La última ola de violencia se produjo después de una campaña de desinformación antiinmigrante que avivó la indignación por un ataque con cuchillo que dejó tres niños muertos en Southport, en el norte de Inglaterra.

El primer ministro Keir Starmer presidió su primera sesión de COBRA, una reunión de emergencia de agencias nacionales y ramas del gobierno, para discutir la respuesta al desorden. Starmer condenó los disturbios como “matonismo violento organizado” y prometió aumentar las leyes para hacer frente a la violencia. A pesar de sus llamados a la calma, la violencia se extendió a Plymouth, donde la policía desplegó oficiales especializados para lidiar con una manifestación de extrema derecha y una contraprotesta.

La policía cree que los disturbios y el desorden en ciudades y pueblos de todo el Reino Unido fueron alimentados por rumores falsos de que el sospechoso del ataque con cuchillo era un solicitante de asilo musulmán. Hasta ahora, casi 400 personas han sido arrestadas desde que comenzaron los disturbios.

El gobierno del Reino Unido enfrenta ahora el desafío de restaurar el orden y abordar las profundas raíces de la xenofobia y la desinformación que han alimentado estos disturbios. La respuesta de Starmer será observada de cerca por los legisladores y el público, ya que busca estabilizar la situación y prevenir futuros brotes de violencia.


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