Miles de manifestantes antirracistas se congregaron en diversas zonas de Londres, incluyendo Walthamstow, North Finchley y Harrow, para mostrar un frente unido contra el racismo y la intolerancia. La Policía Metropolitana desplegó más de 1,300 oficiales para monitorear las protestas y prevenir posibles disturbios, aunque la mayoría de las manifestaciones se desarrollaron de manera pacífica.
En Walthamstow, más de 1,000 personas tomaron las calles con pancartas que decían “El odio no es bienvenido aquí”, “Detengan a la extrema derecha” y “Doy la bienvenida a los refugiados”. Frank Merritt, uno de los manifestantes, describió el ambiente como “una atmósfera encantadora llena de personas maravillosas mostrando fuerza y unidad”. Clara Serra López, otra manifestante, comentó: «Inglaterra no sería nada sin la inmigración. Estoy aquí porque soy una inmigrante europea, lo cual conlleva muchos privilegios. Es un momento importante para que los británicos blancos y los inmigrantes blancos se presenten por aquellos que podrían tener miedo de venir aquí».
En North Finchley, las tiendas cerraron temprano mientras los manifestantes se reunían en la calle principal con pancartas que decían “Refugiados bienvenidos”. En Harrow, grupos de personas también se congregaron con pancartas similares, en respuesta a rumores de que una oficina de inmigración podría ser atacada.
A pesar de algunos incidentes aislados de comportamiento antisocial en Croydon, donde unas 50 personas se reunieron con la intención de causar disturbios, la mayoría de las protestas se llevaron a cabo sin mayores incidentes. La Policía Metropolitana informó que ocho personas fueron arrestadas por agredir a trabajadores de emergencia y por posesión de armas ofensivas.
Estas manifestaciones se producen después de más de una semana de violencia en algunas ciudades de Inglaterra e Irlanda del Norte, donde más de 100 personas fueron arrestadas en el centro de Londres la semana pasada durante enfrentamientos entre oficiales y manifestantes en Whitehall.
La comunidad londinense ha mostrado una vez más su capacidad para unirse en momentos de crisis, enviando un mensaje claro de que el odio y la intolerancia no tienen cabida en la sociedad. Las autoridades continúan monitoreando la situación y están preparadas para intervenir si es necesario para mantener la paz y el orden.