En un giro inesperado, la presidenta de la Universidad de Columbia, Minouche Shafik, ha presentado su renuncia tras meses de intensas protestas en el campus relacionadas con la guerra en Gaza. La renuncia de Shafik se produce apenas un año después de asumir el cargo en esta prestigiosa universidad de la Ivy League en Nueva York, y a solo unas semanas del inicio del semestre de otoño.
Las protestas comenzaron en octubre pasado, cuando Hamas lanzó un ataque contra Israel, lo que provocó una respuesta militar israelí en la Franja de Gaza. Los estudiantes de Columbia, divididos entre pro-palestinos y pro-israelíes, organizaron numerosas manifestaciones en el campus, exigiendo que la universidad tomara una postura clara sobre el conflicto. La situación se intensificó en abril, cuando Shafik autorizó la intervención de la policía de Nueva York para desalojar a los estudiantes que ocupaban un edificio universitario. Este movimiento resultó en la detención de alrededor de 100 estudiantes, marcando la primera vez en más de cinco décadas que se realizaron arrestos masivos en el campus de Columbia.
La decisión de Shafik de involucrar a la policía fue duramente criticada tanto por los manifestantes como por los legisladores. Los estudiantes acusaron a la administración de reprimir la libertad de expresión, mientras que algunos miembros del Congreso de los Estados Unidos también expresaron su descontento con la forma en que se manejó la situación. En una carta a la comunidad universitaria, Shafik mencionó que este período de turbulencia ha sido difícil de superar debido a las opiniones divergentes dentro de la comunidad, y que la situación ha tenido un impacto considerable en su familia.
La renuncia de Shafik también se produce en medio de una creciente preocupación por el antisemitismo en los campus universitarios de Estados Unidos. La semana pasada, tres decanos de Columbia renunciaron después de que se revelaran mensajes de texto en los que utilizaban tropos antisemitas al referirse a estudiantes judíos.
El Consejo de Administración de Columbia ha aceptado la renuncia de Shafik con pesar y ha nombrado a Katrina Armstrong, directora ejecutiva del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, como presidenta interina. Armstrong ha instado a la comunidad a avanzar con optimismo y determinación, abrazando la oportunidad de renovar la visión y fortalecer la comunidad universitaria.
El grupo de estudiantes Columbia Students for Justice in Palestine ha acogido con satisfacción la renuncia de Shafik, calificándola como una victoria para la libertad de expresión y la justicia social. Sin embargo, la universidad enfrenta ahora el desafío de encontrar un nuevo liderazgo que pueda navegar por las complejidades de un campus dividido y una comunidad global cada vez más polarizada.
La situación en Columbia es un reflejo de las tensiones más amplias que se viven en los campus universitarios de todo el país, donde los debates sobre el conflicto en el Medio Oriente continúan siendo un tema candente. La renuncia de Shafik marca el final de un capítulo tumultuoso en la historia de la universidad, pero también abre la puerta a nuevas oportunidades para el diálogo y la reconciliación.