En un caso que ha captado la atención internacional, una mujer rusa-estadounidense ha sido condenada a 12 años de prisión por traición, tras ser acusada de realizar una donación de $51 a una organización benéfica que apoya a Ucrania. Ksenia Karelina, también conocida por su apellido de casada Khavana, fue arrestada en Yekaterinburg en febrero de 2024. Las autoridades rusas alegan que la donación fue utilizada para adquirir suministros médicos tácticos, equipos, armas y municiones para las fuerzas armadas ucranianas.
Karelina, quien obtuvo la ciudadanía estadounidense después de casarse con un estadounidense y mudarse a Los Ángeles, había regresado a Rusia para visitar a su familia. Durante su juicio, que se llevó a cabo a puerta cerrada, Karelina se declaró culpable de los cargos de traición. Su abogado, Mikhail Mushalov, informó que los fiscales rusos solicitaron una sentencia de 15 años, pero finalmente fue condenada a 12 años de prisión.
El caso de Karelina ha generado preocupación entre los defensores de los derechos humanos y ha sido visto como un ejemplo más de la creciente represión en Rusia desde el inicio de la invasión a Ucrania en febrero de 2022. Las leyes rusas han criminalizado la crítica a la operación militar en Ucrania y cualquier comentario que se considere despectivo hacia las fuerzas armadas rusas.
La organización de derechos humanos The First Department ha señalado que la acusación contra Karelina se basa en una donación de $51 a una organización benéfica estadounidense que ayuda a Ucrania. Esta organización ha denunciado que el caso es un intento de Rusia de intimidar a los ciudadanos que muestran apoyo a Ucrania.
El veredicto ha sido recibido con indignación por parte de la comunidad internacional, que ve en este caso una violación de los derechos humanos y una muestra de la creciente tensión entre Rusia y Occidente. La sentencia de Karelina se suma a una serie de casos recientes en los que ciudadanos rusos y extranjeros han sido condenados por cargos relacionados con el apoyo a Ucrania.
Este caso subraya la delicada situación de los derechos humanos en Rusia y la creciente represión contra aquellos que se oponen a la guerra en Ucrania. La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de estos casos y continúa abogando por la liberación de aquellos que han sido injustamente encarcelados por expresar su apoyo a Ucrania.