En un veredicto que ha resonado en toda la comunidad, un jurado en Ocala, Florida, ha condenado a Susan Lorincz, una mujer blanca de 60 años, por homicidio involuntario en el tiroteo fatal de su vecina afroamericana Ajike “A.J.” Owens, de 35 años. Este fallo llega después de una disputa continua entre ambas mujeres sobre los niños de Owens jugando ruidosamente cerca de sus casas.
El jurado, compuesto exclusivamente por personas blancas, deliberó durante dos horas y media antes de llegar a la decisión de condenar a Lorincz. La acusada había afirmado que disparó en defensa propia a través de una puerta metálica cerrada con llave, temiendo por su vida mientras Owens gritaba y golpeaba la puerta. Sin embargo, el jurado rechazó esta defensa, concluyendo que no había evidencia de una amenaza inminente.
El incidente ocurrió el 2 de junio de 2023, cuando Lorincz disparó un solo tiro con una pistola calibre .380, matando a Owens. La disputa entre ambas mujeres había sido una constante durante los tres años que Lorincz vivió en el vecindario, con quejas recurrentes sobre los niños de Owens jugando en un área de césped cercana.
La familia de Owens, visiblemente emocionada, expresó un sentimiento de alivio tras el veredicto. Pamela Dias, madre de la víctima, declaró: «Hemos logrado un poco de justicia para Ajike. Mi corazón está un poco más ligero. Este ha sido un largo camino para llegar a este veredicto, y encuentro algo de paz con él».
El fiscal del estado, William Gladson, destacó la tragedia de la situación, señalando que las decisiones de la acusada han dejado a cuatro niños pequeños sin su madre, una pérdida que sentirán por el resto de sus vidas. «Aunque el veredicto de hoy no puede traer de vuelta a A.J., esperamos que traiga algo de justicia y paz a su familia y amigos».
Durante los argumentos finales, el fiscal Rich Buxman subrayó que no había evidencia de que Owens representara una amenaza física inminente para Lorincz. La víctima había acudido a la casa de la acusada después de que sus hijos se quejaran de que Lorincz les había arrojado patines y un paraguas en medio de su molestia por el juego ruidoso.
Lorincz, que no testificó en su propia defensa, había declarado en una entrevista con los detectives que nunca tuvo la intención de dañar a Owens. Sin embargo, en una llamada al 911, se la escuchó decir: «Estoy harta de estos niños».
El juez de circuito Robert W. Hodges no fijó una fecha inmediata para la sentencia, pero ordenó un informe de antecedentes sobre Lorincz. La familia de Owens ha manifestado su intención de solicitar la pena máxima de 30 años de prisión.
Este caso ha sido un recordatorio trágico de las consecuencias de la violencia armada y ha resaltado las tensiones raciales en la comunidad. La condena de Lorincz es vista por muchos como un paso hacia la justicia, aunque la herida de la pérdida de Owens permanecerá abierta para su familia y amigos.