En una medida que ha generado tanto apoyo como controversia, el gobierno de Ontario ha anunciado la prohibición de sitios de consumo supervisado de drogas en un radio de 200 metros de escuelas y centros de cuidado infantil. Esta decisión, anunciada por la Ministra de Salud Sylvia Jones durante la conferencia de la Asociación de Municipios de Ontario en Ottawa, afectará a diez instalaciones en toda la provincia, incluyendo cinco en Toronto y una en Ottawa, Kitchener, Thunder Bay, Hamilton y Guelph.
La Ministra Jones explicó que la medida busca proteger a los niños y jóvenes de la exposición a actividades relacionadas con el consumo de drogas. “Es fundamental que nuestros niños crezcan en un entorno seguro y saludable”, afirmó Jones. «Esta prohibición es un paso necesario para garantizar que las escuelas y los centros de cuidado infantil sean lugares seguros para todos los niños de Ontario».
Sin embargo, la decisión ha sido recibida con críticas por parte de varios grupos y expertos en salud pública. La Asociación de Enfermeras Registradas de Ontario calificó la medida como “un desastre”, advirtiendo que resultará en un aumento de sobredosis y más agujas desechadas en las calles, además de la propagación de enfermedades infecciosas. “Esta es, en realidad, una sentencia de muerte para las personas que usan sustancias”, dijo Doris Grinspun, CEO de la asociación.
Justin Piché, profesor asociado de criminología en la Universidad de Ottawa, también criticó la decisión, calificándola de miope. “Las muertes por toxicidad de drogas aumentarán, y ese es el resultado final”, afirmó Piché. «La provincia está cometiendo un gran error que va a costar vidas».
Por otro lado, la líder del Partido Liberal de Ontario, Bonnie Crombie, expresó su apoyo a la prohibición, aunque pidió soluciones “inteligentes y compasivas” para la crisis de adicción y salud mental. “Estos sitios no deberían estar al lado de las escuelas”, dijo Crombie, «pero Doug Ford está eliminando más servicios y necesita ser claro sobre cómo mantendrán la capacidad necesaria para proporcionar tratamiento a quienes lo necesitan».
El Partido Nuevo Democrático de Ontario también emitió un comunicado criticando al gobierno provincial por retirar “apoyos críticos de salud pública de las comunidades en medio de una crisis continua de falta de vivienda y adicciones”. Lisa Gretzky, MPP de Windsor West y crítica del partido para salud mental y adicciones, calificó la decisión de “insensible” y afirmó que «Doug Ford ha tomado la decisión insensible de eliminar una herramienta vital que salva vidas».
En respuesta a las críticas, la Ministra Jones anunció que la provincia invertirá $378 millones en 19 nuevos Centros de Tratamiento de Recuperación de Adicciones y Personas sin Hogar (HART, por sus siglas en inglés). Estos centros ofrecerán una gama de servicios de tratamiento y apoyo, aunque no incluirán programas de consumo supervisado de drogas ni intercambio de agujas. Las instalaciones afectadas por la prohibición tendrán la opción de solicitar convertirse en un centro HART, y se les dará prioridad en el proceso de selección.
La prohibición de Ontario de los sitios de consumo de drogas cerca de escuelas y centros de cuidado infantil marca un cambio significativo en la política de salud pública de la provincia. Mientras algunos aplauden la medida como un paso necesario para proteger a los niños, otros advierten que podría tener consecuencias graves para las personas que luchan con la adicción. La implementación y los efectos de esta nueva política serán observados de cerca en los próximos meses.