THE LATIN VOX (13 de septiembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
En un giro inesperado en la política ambiental de Canadá, la provincia de Columbia Británica ha anunciado que está considerando la eliminación de su impuesto sobre el carbono si el gobierno federal de Ottawa decide suprimir el requisito que obliga a las provincias a implementar tales medidas. Esta propuesta destaca una posible reconfiguración de las políticas climáticas en la región y plantea preguntas sobre el futuro de los esfuerzos de Canadá para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Columbia Británica ha sido pionera en la implementación de políticas ambientales en Canadá, siendo una de las primeras provincias en introducir un impuesto sobre el carbono en 2008. Este impuesto, que grava las emisiones de carbono de empresas y consumidores, ha sido un componente central de la estrategia de la provincia para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar la transición hacia fuentes de energía más limpias.
El impuesto sobre el carbono ha sido elogiado por su capacidad para incentivar prácticas más sostenibles y generar ingresos para inversiones en tecnología verde y proyectos de energía renovable. Sin embargo, también ha enfrentado críticas de algunos sectores industriales y de la oposición política, que argumentan que el impuesto aumenta los costos para los consumidores y las empresas.
El reciente anuncio del gobierno de Columbia Británica, dirigido por el Premier David Eby, sugiere que la provincia está dispuesta a reevaluar su impuesto sobre el carbono si Ottawa decide suprimir el requisito federal que exige a las provincias la implementación de tales medidas. Este requisito, establecido bajo el marco de la Estrategia de Precios del Carbono de Canadá, ha sido un componente clave en los esfuerzos federales para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones del país.
El Premier Eby ha indicado que la eliminación del requisito federal podría llevar a la provincia a reconsiderar la necesidad de mantener su impuesto sobre el carbono. «Estamos comprometidos con la reducción de las emisiones y la protección del medio ambiente, pero también debemos considerar cómo las políticas federales afectan nuestra capacidad para alcanzar estos objetivos», afirmó Eby en una reciente conferencia de prensa.
La posibilidad de eliminar el impuesto sobre el carbono en Columbia Británica ha generado una variedad de reacciones. Los defensores del medio ambiente han expresado su preocupación por el impacto que esta medida podría tener en los esfuerzos de reducción de emisiones de la provincia. Argumentan que la eliminación del impuesto podría debilitar los incentivos para reducir las emisiones y afectar negativamente los esfuerzos para cumplir con los objetivos climáticos de Canadá.
Por otro lado, algunos sectores industriales y grupos de consumidores han acogido la propuesta con alivio, señalando que la eliminación del impuesto podría reducir los costos operativos y de vida. Estos grupos han argumentado que la carga financiera impuesta por el impuesto es significativa y que su eliminación podría beneficiar a la economía local.
El debate sobre el impuesto sobre el carbono en Columbia Británica es un microcosmos de las tensiones más amplias que existen en Canadá entre las políticas federales y provinciales en materia de cambio climático. A medida que Ottawa revisa sus políticas y se enfrenta a presiones tanto de las provincias como de los sectores industriales, el futuro del impuesto sobre el carbono en Columbia Británica sigue siendo incierto.
El próximo período de revisión y los posibles cambios en las políticas federales serán cruciales para determinar si la provincia mantendrá su impuesto sobre el carbono o si adoptará una nueva estrategia para abordar el cambio climático. Mientras tanto, la comunidad de Columbia Británica y los responsables políticos están atentos a los desarrollos y a las posibles implicaciones para el futuro de las políticas ambientales en la región.
Crédito fotográfico: THE CANADIAN PRESS/Chad Hipolito