El número de muertos por un ataque aéreo israelí en los suburbios del sur de Beirut ha aumentado a 31 personas, incluidos tres niños y siete mujeres, según informó el ministro de Salud de Líbano, Firass Abiad. El ataque, que destruyó dos edificios en el distrito de Dahiya durante la hora punta del viernes, también dejó 68 heridos, dos de ellos en estado crítico.
El ministro de Obras Públicas y Transporte, Ali Hamieh, calificó el bombardeo de un edificio residencial como un “crimen de guerra” y acusó a Israel de “arrastrar a la región a una guerra”. Según Hamieh, 23 personas aún están desaparecidas bajo los escombros.
El ejército israelí afirmó que llevó a cabo un “ataque dirigido” contra miembros de las fuerzas especiales Radwan de Hezbollah en el suburbio de Beirut. Hezbollah confirmó que dos de sus comandantes, Ibrahim Aqil y Ahmad Mahmoud Wahabi, junto con otros 12 miembros, murieron en el ataque.
El ministro del Interior, Bassam Mawlawi, declaró que Líbano había entrado en una fase “decisiva” tras el ataque al suburbio residencial, y subrayó la necesidad de evitar más violaciones del territorio libanés y prevenir una mayor deterioración de la situación de seguridad.
El ataque aéreo en esta área densamente poblada sigue a explosiones de miles de buscapersonas y walkie-talkies en Líbano el martes y miércoles, también atribuidas a Israel. La ciudad de Beirut está en vilo tras los últimos ataques, que marcan un nuevo capítulo en la confrontación entre Israel y Hezbollah, que hasta ahora se había limitado a las regiones fronterizas.
El profesor de resolución de conflictos internacionales del Instituto de Estudios de Posgrado de Doha, Ibrahim Fraihat, señaló que los ataques israelíes en Líbano tienen serias implicaciones para el derecho internacional. “Lo que estamos viendo en Líbano lleva la falta de respeto al derecho humanitario internacional a un nuevo nivel”, dijo Fraihat a Al Jazeera. «Estas violaciones se están normalizando por el silencio de Occidente».