En un dramático aumento de las hostilidades, el conflicto entre Israel y Hezbollah ha alcanzado niveles alarmantes, resultando en el día más mortífero en Líbano en casi dos décadas. El lunes, ataques aéreos israelíes dirigidos contra el grupo militante Hezbollah en Líbano dejaron cerca de 500 muertos y 1,600 heridos. Este incremento en la violencia ha generado temores de una guerra regional más amplia, mientras ambos bandos continúan con ataques de represalia.
El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha instado a los ciudadanos libaneses a abandonar las áreas donde Israel está atacando a Hezbollah, enfatizando que su país no está en guerra con el pueblo libanés, sino con el grupo respaldado por Irán. En respuesta, Hezbollah ha lanzado múltiples barrages de cohetes hacia el norte de Israel, atacando bases militares clave como la base aérea de Ramat David y el aeródromo de Meggido.
La situación en Líbano es crítica, con miles de personas desplazadas que huyen de sus hogares tras recibir llamadas automáticas, mensajes de texto y transmisiones que les instan a evacuar. Las universidades y escuelas han suspendido clases y se están utilizando como refugios para los desplazados. El sistema de salud libanés está bajo una enorme presión, tratando a los heridos de los recientes ataques.
Israel ha intensificado sus ataques, golpeando 1,600 objetivos de Hezbollah en todo Líbano el lunes. La posibilidad de una invasión terrestre no ha sido descartada por el ejército israelí, que se prepara para las “próximas fases” del conflicto. Mientras tanto, Hezbollah ha declarado que una “batalla sin límites” está en marcha, y ha advertido de consecuencias peligrosas si Israel continúa con sus ataques.
La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de estos eventos, temiendo que la escalada pueda desestabilizar aún más la región. Irán ha emitido advertencias a Israel sobre las posibles repercusiones de sus acciones, aumentando la tensión en un conflicto ya volátil.
Este conflicto, que comenzó con la guerra en Gaza, ha evolucionado rápidamente, atrapando a Líbano en medio de una lucha de poder regional. La situación sigue siendo extremadamente volátil, con el potencial de desencadenar una guerra más amplia que podría tener consecuencias devastadoras para toda la región.