En un giro significativo en el conflicto en el Medio Oriente, el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha rechazado un plan de alto el fuego de 21 días respaldado por Estados Unidos en el Líbano. Netanyahu, quien se encuentra en Nueva York para dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas, afirmó que los ataques aéreos contra objetivos de Hezbolá en el Líbano continuarán hasta que se logren todos los objetivos de Israel.
La declaración de Netanyahu se produjo poco después de que un ataque aéreo israelí en los suburbios del sur de Beirut matara a Mohammad Hussein Srour, jefe de la unidad de drones de Hezbolá. Hezbolá, respaldado por Irán, confirmó la muerte de Srour, nacido en 1973, en un comunicado.
Netanyahu enfatizó que la política de Israel es clara: «Seguimos atacando a Hezbolá con toda nuestra fuerza y no nos detendremos hasta alcanzar todos nuestros objetivos, entre ellos el retorno seguro de los residentes del norte a sus hogares». Estas declaraciones bloquean los intentos liderados por el presidente de EE.UU., Joe Biden, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, de asegurar un alto el fuego de tres semanas.
El conflicto ha tenido un impacto devastador en el Líbano. El ministro de Salud del Líbano informó que los ataques israelíes han causado la muerte de 92 personas y han herido a 153 en las últimas 24 horas. Desde que estallaron las hostilidades entre Israel y Hezbolá en octubre del año pasado, más de 1,500 personas han muerto, con más de 700 muertes solo desde el lunes pasado. Además, se estima que medio millón de personas han sido desplazadas dentro del país debido a los bombardeos israelíes.
La comunidad internacional, incluidos Estados Unidos, estados europeos y potencias árabes como Arabia Saudita y Qatar, han instado a una pausa en los combates. Sin embargo, Israel ha indicado que está preparando una posible invasión terrestre del Líbano, lo que podría desencadenar un conflicto regional que arrastre a Estados Unidos e Irán.
El secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, advirtió que «otra guerra a gran escala podría ser devastadora tanto para Israel como para el Líbano». A pesar de estas advertencias, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, afirmó que el objetivo de las fuerzas armadas es seguir «desestabilizando a Hezbolá y profundizando sus pérdidas».
La negativa de Netanyahu a aceptar el alto el fuego propuesto por Estados Unidos y la muerte del jefe de la unidad de drones de Hezbolá marcan un punto crítico en el conflicto en el Medio Oriente. La situación sigue siendo tensa y la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos.