En un esfuerzo por prolongar la misión de la sonda espacial Voyager 2, los ingenieros de la NASA han decidido apagar el instrumento de ciencia de plasma a bordo de la nave. Esta medida se tomó debido a la disminución gradual del suministro eléctrico de la sonda, que ha estado operando en el espacio durante más de 47 años.
La Voyager 2, que se encuentra a más de 20.5 mil millones de kilómetros de la Tierra, continúa utilizando cuatro instrumentos científicos para estudiar la región fuera de nuestra heliosfera, la burbuja protectora de partículas y campos magnéticos creada por el Sol. A pesar de la desactivación del instrumento de plasma, la sonda tiene suficiente energía para seguir explorando esta región con al menos un instrumento científico operativo hasta la década de 2030.
El instrumento de ciencia de plasma, que mide la cantidad de plasma (átomos cargados eléctricamente) y la dirección en la que fluye, ha recopilado datos limitados en los últimos años debido a su orientación relativa a la dirección del flujo de plasma en el espacio interestelar. Sin embargo, este instrumento fue crucial en 2018 para determinar que la Voyager 2 había salido de la heliosfera.
Ambas sondas Voyager, lanzadas en 1977, están alimentadas por plutonio en descomposición y pierden aproximadamente 4 vatios de potencia cada año. Después de completar su exploración de los planetas gigantes en la década de 1980, el equipo de la misión apagó varios instrumentos científicos que no se utilizarían en el estudio del espacio interestelar, lo que permitió a las sondas conservar energía hasta hace unos años. Desde entonces, el equipo ha apagado todos los sistemas a bordo que no son esenciales para mantener las sondas en funcionamiento, incluidos algunos calentadores.
Para posponer el apagado de otro instrumento científico, los ingenieros también ajustaron la forma en que se monitorea el voltaje de la Voyager 21. El 26 de septiembre, los ingenieros emitieron el comando para apagar el instrumento de ciencia de plasma. Enviado por la Red de Espacio Profundo de la NASA, el comando tardó 19 horas en llegar a la Voyager 2, y la señal de retorno tardó otras 19 horas en llegar a la Tierra. El equipo ha confirmado que el comando de apagado se ejecutó sin incidentes y que la sonda está operando normalmente.
Este logro no solo es un testimonio del poder de la colaboración científica y la tecnología avanzada, sino que también abre nuevas vías para la investigación en el espacio interestelar. Con la Voyager 2 aún en funcionamiento, los científicos pueden continuar explorando los límites de nuestro sistema solar y más allá, obteniendo datos únicos que ninguna otra nave espacial humana ha podido recopilar.