THE LATIN VOX (23 de octubre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
En un giro inesperado, el PAC America, fundado por Elon Musk en apoyo a Donald Trump, ha decidido canalizar una parte significativa de su presupuesto en anuncios publicitarios a través de plataformas como Facebook e Instagram, en lugar de su propia red social, X, anteriormente conocida como Twitter. Esta estrategia ha despertado la curiosidad sobre las prioridades del multimillonario en el ámbito político.
Durante los últimos tres meses, America Pac ha desembolsado $201,000 para ejecutar una serie de anuncios en X. Sin embargo, la cifra palidece en comparación con los $3 millones que ha invertido en miles de anuncios en Facebook e Instagram. Este notable desbalance plantea preguntas sobre la eficacia y el enfoque de la campaña electoral que Musk busca promover.
Los anuncios de America Pac están dirigidos a un público específico, incluyendo a usuarios interesados en temas relacionados con los Boy Scouts de América, el actor Kelsey Grammer, el músico Kid Rock y el comentarista Joe Rogan. Esta segmentación de la audiencia indica una estrategia deliberada para conectar con un grupo de votantes que podrían ser simpatizantes de Trump.
Musk, que ha financiado el PAC con $75 millones desde su fundación en julio, parece estar apostando por la influencia de las plataformas más tradicionales en lugar de promover el uso de su propia red social para la campaña. Este movimiento podría interpretarse como un reconocimiento de la efectividad de Facebook e Instagram en llegar a un público más amplio y diverso, en contraste con la base de usuarios de X.
La decisión de Musk de priorizar estas plataformas también podría reflejar un deseo de maximizar el impacto de sus inversiones políticas, en un momento en que la polarización y la dinámica electoral están en su punto más alto en Estados Unidos. A medida que se acercan las elecciones, el papel de las redes sociales en las campañas seguirá siendo un tema de interés crucial, y la estrategia de America Pac podría influir en cómo se desarrollan las narrativas políticas en el futuro.
Crédito fotográfico: Alex Brandon/AP