En las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024, la división entre votantes masculinos y femeninos ha alcanzado un punto álgido. La elección, que enfrenta al expresidente Donald Trump contra la actual vicepresidenta Kamala Harris, ha generado una marcada diferencia en las preferencias de género. La polarización política, la dinámica de género y temas clave como el derecho al aborto, la seguridad económica y los derechos civiles están influyendo de forma decisiva en cómo votan hombres y mujeres.
Datos preliminares muestran que Trump recibe un respaldo mayoritario de votantes masculinos, especialmente entre aquellos de mediana edad y conservadores. Los votantes masculinos señalan la economía, la seguridad y su oposición a políticas progresistas como las principales razones de su apoyo a Trump. Por otro lado, Harris ha captado una significativa base de apoyo entre las mujeres, en especial aquellas menores de 40 años y con estudios superiores. Las políticas de Harris sobre el derecho al aborto, igualdad de género y justicia social han resonado con un electorado femenino cada vez más consciente de la importancia de estos temas en su vida diaria.
El creciente interés en temas relacionados con el género ha sido exacerbado por cambios legales recientes, como la reversión de Roe v. Wade, que permitió a los estados limitar el acceso al aborto. Harris ha basado gran parte de su campaña en restaurar los derechos reproductivos a nivel federal, prometiendo proteger la autonomía de las mujeres. En contraste, Trump y sus seguidores han criticado estas propuestas, llamándolas radicales, y enfocándose en una política de “ley y orden” que atrae especialmente a votantes masculinos preocupados por la estabilidad y la seguridad.
La marcada brecha de género en las elecciones de 2024 también refleja una creciente división en la sociedad estadounidense. Los votantes de ambos géneros no solo están eligiendo entre dos candidatos, sino entre dos visiones de país. En áreas urbanas y suburbios, donde Harris tiene fuerte apoyo entre mujeres jóvenes y latinas, se observa un énfasis en políticas de inclusión y derechos civiles. En cambio, en áreas rurales y suburbanas dominadas por hombres conservadores, el discurso de Trump sobre la defensa de valores tradicionales sigue siendo popular.
A pesar de la polarización, un grupo considerable de votantes independientes, tanto hombres como mujeres, mantiene una postura indecisa. Estos votantes, que podrían definir el resultado en estados clave, muestran interés en soluciones prácticas para problemas económicos, como el costo de vida y la inflación. Sus prioridades son más pragmáticas, alejadas de los discursos ideológicos, y podrían inclinar la balanza hacia cualquiera de los candidatos.
La elección de 2024 no solo decidirá al próximo presidente de los Estados Unidos, sino que también pondrá de relieve profundas divisiones de género. La elección entre Trump y Harris, quienes representan polos opuestos en temas fundamentales, demuestra el poder del género en la política actual y la importancia de los derechos y preocupaciones específicos de cada grupo.